¿QUE DEBEMOS HACER CUANDO FALLAMOS?

TEMA: QUE DEBEMOS HACER CUANDO FALLAMOS

TEXTO: 1 SAMUEL 12:19-24

INTRODUCCION

El discurso de Samuel para el pueblo de Israel les permitió ver que como puedo de Dios habían fallado al pedir un rey para ellos ya que ellos tenían a Jehová como su Rey, ellos aparte de todos sus errores añadieron el pecado de pedir un rey sobre ellos.

Pero también en el discurso de Samuel podemos encontrar respuestas muy importantes sobre que debemos hacer los cristianos cuando le fallamos a Dios con nuestra vida, cuando lo ofendemos, cuando hemos caído en pecado.

Analicemos el texto y comprendamos que tenemos que hacer nosotros los hijos de Dios cuando le fallamos a él.

  1. NO TENEMOS QUE TENER TEMOR (VS 20ª)

 

  • Definitivamente el pecado siempre causa temor en nuestro corazón, temor al castigo, temor de recibir la ira de Dios sobre nuestra vida a causa de nuestro pecado.

 

  • Nosotros los hijos de Dios cuando fallamos, cuando caemos en pecado, no tenemos que tener miedo de venir ante nuestro Padre celestial y confesarle nuestros pecados con la confianza de recibir su perdón y su misericordia (Proverbios 28:13 / 1 Juan 1:9)

 

  • Como hijos de Dios podemos entrar confiadamente al trono de la gracia de nuestro Padre Celestial para recibir su ayuda cuando hemos caído (Hebreos 4:16)

 

  1. NO TENEMOS QUE APARTARNOS DE SUS CAMINOS (1 SAMUEL 12:20b)

 

  • Muchos cristianos cuando caemos en pecado, cuando le fallamos al Señor erróneamente tomamos la decisión de ya no seguir en los caminos de Dios, nos desanimamos, dejamos de asistir a la iglesia, descuidamos nuestra relación con el Señor, es decir que tomamos la decisión de alejarnos de aquel que es el único puede ayudarnos.

 

  • Y es por eso por lo que muy sabiamente el profeta Samuel le dice al pueblo de Israel que si bien era cierto que habían pecado pero que no se apartaran de Dios, y ese sabio consejo es también para cada uno de nosotros.

 

  • Cuando hemos caído, cuando nos hemos enredado, cuando andamos mal, es cuando más necesitamos estar en los caminos de Dios, que no nos importe lo que las personas digan o critiquen pues ellos no pueden restaurarnos, pero Dios si puede hacerlo (Salmo 18:32 / Isaías 48:17)

 

El camino sí que tenemos que dejar es el nuestro no el de Dios (Isaías 55:7)

 

  • Tenemos que comprender que si nos alejamos del camino de Dios no vamos a encontrar nada mejor para nuestra vida, solamente vanidades (1 Samuel 12:21)
  • NO TENEMOS QUE DEJAR DE SERVIRLE (1 SAMUEL 12:20c)

 

  • Es maravilloso darnos cuenta de que la misericordia de Dios es mas grande que los legalismos humanos, pues seguramente si algunos de los lideres de las iglesias actuales hubiera escrito este versículo diría: NO LO DEJEN SERVIR.

 

  • Pero la palabra de Dios nos dice que aunque fallamos y caemos, debemos servir a Dios con todo el corazón, posiblemente por motivos de testimonio para los creyentes en algunas denominaciones cristianas tendremos que someternos a la disciplina de nuestra iglesia local, y tendremos que sentarnos y no servir en el templo, y eso es lo correcto, obedecer la disciplina de las autoridades que Dios ha establecido, pero tenemos que saber que si podemos servir a Dios en nuestro hogar, en nuestro vecindario, en nuestro trabajo.

 

  • El haber fallado no significa que ya no somos útiles para el reino de Dios, el servir a Dios nos beneficia aún más para recibir su misericordia (Malaquías 3:17-18)

 

  1. NO TENEMOS QUE OLVIDAR QUE DIOS NO NOS HA ABANDONADO (1 SAMUEL 12:22)

 

  • A pesar de que le fallemos, a pesar de que caigamos nuestro Dios sigue siendo fiel con nosotros y no nos ha dejado.

 

  • Dios está con nosotros, él es fiel, aunque nosotros seamos infieles (2 Timoteo 2:13)

 

  • Tenemos que tener la seguridad que nada nos puede separar del amor de nuestro Dios por medio de Jesucristo (Romanos 8:35-39)

 

  • Por los errores que hemos cometido podemos ser separados y excluidos de una iglesia, de un ministerio, de un trabajo, de un grupo de amistades, ¡PERO NADA NOS PUEDE SEPARAR DEL AMOR DE DIOS, ALELUYA!

 

  • Por eso podemos decir como lo dice aquella preciosa alabanza: Cuan bello es el Señor.

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