ESTUDIO BÍBLICO, LOS MENSAJES DE LA PASIÓN DE JESÚS IV PARTE
TEXTO: Lucas 9:21-22 Pero él les mandó que a nadie dijesen esto, encargándoselo rigurosamente, 22 y diciendo: Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día.
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Hemos llegado ya a la Semana Santa, y este día continuamos estudiando los acontecimientos que forman parte de la pasión de Jesús, es decir, todos aquellos acontecimientos que ocurrieron antes de la crucifixión del Señor en los cuales podemos encontrar mensajes muy importantes para nuestra vida y para la iglesia de hoy.
En los estudios anteriores hemos estudiado cuatro acontecimientos de la pasión de Jesús: La entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y la limpieza del templo, la maldición de la higuera esteril, la unción de Jesús en Betania, La traición de Judas y la Última cena.
VEAMOS AHORA LOS MENSAJES QUE ENCONTRAMOS EN OTROS DE LOS ACONTECIMIENTOS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO:
VII) SEPTIMO ACONTECIMIENTO: JESÚS ORA EN GETSEMANÍ
(MARCOS 14:32-42) Vinieron, pues, a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. 33 Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse. 34 Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad. 35 Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 39 Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. 40 Al volver, otra vez los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño; y no sabían qué responderle. 41 Vino la tercera vez, y les dijo: Dormid ya, y descansad. Basta, la hora ha venido; he aquí, el Hijo del Hombre es entregado en manos de los pecadores. 42 Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega.
Dentro de la semana de la pasión de nuestro Señor Jesucristo el jueves fue uno de los días que fue más cargado de actividades, de angustia, de aflicción y de enseñanzas para sus discípulos.
Ese día Jesús tomó la última cena con sus discípulos, ese día Jesús les dio la gran lección de servicio lavándoles los pies, ese día Jesús les dio el nuevo mandamiento del amor “Que os améis unos a otros como yo os he amado” ya no es como el antiguo mandamiento amar a mi prójimo como a mí mismo, sino amar a mi prójimo como Dios me ha amado a mí, y nos demostró su amor lavando los pies de aquel que le iba a entregar.
Pero ese día también Jesús se preparó en oración delante de su padre celestial para enfrentar la hora que venía sobre él y beber la copa que tendría que beber para pagar por nosotros el precio de nuestra salvación y de nuestra redención (vs 35 -36) Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
Había llegado su hora, es decir el momento de cumplir por completo el propósito por el cual vino a este mundo: Salvar lo que se había perdido.
Tenía que beber la copa de la ira de Dios, del juicio de Dios, del castigo de Dios, del enojo de Dios sobre su vida porque él cargaría sobre sí los pecados de todos nosotros
No es casualidad que el nombre GETSEMANÍ SIGNIFICA “PRENSA DE ACEITE O PRENSA DE OLIVO” en ese lugar y en ese momento el olivo verdadero, estaba siendo oprimido por nuestras culpas, por nuestros pecados y por el juicio de Dios que sería derramado sobre él en la cruz, por eso el corazón de nuestro Señor Jesucristo estaba triste y angustiado, su alma estaba triste hasta la muerte
En ese momento de aflicción, de angustia, nuestro Señor Jesús dijo: (Vs 36) Abba Padre todas las cosas son posibles para ti, aparta de mí esta copa, mas no se haga lo que yo quiero sino lo que tú quieres, es decir en ese momento y en ese lugar nuestro Señor Jesucristo RINDIÓ TOTALMENTE SU VOLUNTAD Y SU VIDA A LA VOLUNTAD DEL PADRE CELESTIAL en ese momento el hijo de Dios como lo dice su palabra “APRENDIÓ LA OBEDIENCIA” para salvarnos y para enseñarnos a nosotros a obedecer como él lo hizo (Hebreos 5:7-9) Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente. 8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia; 9 y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
De estos momentos de agonía, de tristeza y de aflicción que nuestro Señor Jesucristo experimentó en Getsemaní vamos a reflexionar para comprender cuales son los mensajes que encontramos para nuestra vida :
PRIMER MENSAJE: EN LOS MOMENTOS DE AFLICCIÓN DE NUESTRA VIDA ES CUANDO FLUYE DE NOSOTROS LA MEJOR ADORACIÓN Muchas veces el Señor nos llevará a momentos de aflicción, de tristeza, de angustia para sacar lo mejor de nosotros, para exprimir lo que hay en nuestro corazón (Éxodo 27:20) Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas. En esos momentos en los cuales somos prensados como las olivas, en los cuales somos machacados por la enfermedad, por la soledad, por el dolor, es cuando el señor quiere sacar de nuestra vida la verdadera alabanza y adoración.
SEGUNDO MENSAJE: TENEMOS QUE APRENDER A SER OBEDIENTES HASTA SOMETER NUESTRA VOLUNTAD A LA DEL SEÑOR Jesús habló con su Padre Celestial con confianza, y él sabía que todas las cosas son posibles para Dios, pero fue obediente para aceptar la voluntad del Padre Celestial para cumplir el plan redentor que había sido hecho desde la fundación del mundo. (Filipenses 2:8) y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Nosotros tenemos en Dios un padre amoroso, un padre que cuida de nosotros, y que todo lo puede, para él no hay nada imposible, pero tenemos que ser obedientes a su voluntad y aprender como lo hizo nuestro Señor Jesús a aceptar la voluntad de Dios para nuestra vida y someternos a ella con fe.
VIII) OCTAVO ACONTECIMIENTO: LA NEGACIÓN DE PEDRO
(MARCOS 14:66-72) Estando Pedro abajo, en el patio, vino una de las criadas del sumo sacerdote; 67 y cuando vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dijo: Tú también estabas con Jesús el nazareno. 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que dices. Y salió a la entrada; y cantó el gallo. 69 Y la criada, viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es de ellos. 70 Pero él negó otra vez. Y poco después, los que estaban allí dijeron otra vez a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres galileo, y tu manera de hablar es semejante a la de ellos. 71 Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. 72 Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba.
En este texto encontramos uno de los momentos más tristes de la vida del apóstol Pedro, el momento en el cual negó no solamente una vez al Señor, sino tres veces afirmando que ni siquiera lo conocía.
En el evangelio de Juan se nos dice que Pedro también negó ser discípulo (Juan 18:25) Estaba, pues, Pedro en pie, calentándose. Y le dijeron: ¿No eres tú de sus discípulos? Él negó, y dijo: No lo soy.
Aparentemente Pedro había fracasado como amigo y como discípulo del Señor, seguramente Pedro pensó que para él ya no habría oportunidad para seguir en la obra para la cual el Señor lo había llamado, su corazón estaba tan lleno de tristeza que después de negar al Señor Pedro salió y lloró amargamente.
Pedro era uno de los doce apóstoles elegidos por el Señor, aprendió con él , caminó con él , escuchó las enseñanzas y vio las maravillas que hizo Jesús, pero aun así lo negó, y eso debe hacernos reflexionar que también nosotros debemos cuidarnos para nunca negar a Jesús como lo hizo Pedro, pues tenemos que saber que toda persona que niega a Cristo tarde o temprano terminará llorando amargamente por haberlo hecho.
CUALES SON LOS MENSAJES QUE ENCONTRAMOS PARA NUESTRA VIDA EN ESTE ACONTECIMIENTO TAN TRISTE PARA PEDRO Y PARA NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO:
PRIMER MENSAJE: TENEMOS QUE CUIDARNOS DE PONER LA MIRADA EN LAS COSAS DEL MUNDO Y NO EN LAS DE DIOS (MATEO 16:21-23) Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. 22 Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca. 23 Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres. Pedro terminó negando a Jesús porque no había comprendido aún todo él propósito espiritual que tenía la muerte de Jesús que también lo incluía a él para salvarlo. Lastimosamente muchos cristianos terminan negando al Señor porque no ponen la mirada en el propósito de Dios para sus vidas sino que su vida está enfocada en las cosas del mundo, en los afanes de la vida y por eso descuidan su comunión con el Señor.
SEGUNDO MENSAJE: TENEMOS QUE CUIDARNOS DEL EXCESO DE CONFIANZA EN NOSOTROS MISMOS (MARCOS 14:27-31) Entonces Jesús les dijo: Todos os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: Heriré al pastor, y las ovejas serán dispersadas. 28 Pero después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea. 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se escandalicen, yo no. 30 Y le dijo Jesús: De cierto te digo que tú, hoy, en esta noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces. 31 Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo El Señor les dijo que esa noche todos se escandalizaron de él, pero Pedro con mucha seguridad afirmó: Todos se escandalizaran, pero yo no .El Señor le dijo a Pedro que esa noche él lo negaría tres veces, pero Pedro muy seguro de sí mismo dijo aunque tenga que morir pero no te negaré. Pero lastimosamente horas después ese mismo Pedro por seguro de sí mismo estaba llorando amargamente por haber negado al Señor. Eso nos debe de recordar lo que nos enseña la palabra de Dios (1 Corintios 10:12) Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga no podemos caer en el error del exceso de confianza en nosotros mismos, de llegar a pensar que todos los que dejan de congregarse poco a poco se van enfriando espiritualmente pero a nosotro no nos pasará así, que nosotros sí podemos jugar con él pecado y no terminar enredados, que a diferencia de otros nosotros sí podemos dedicarnos a la vida mundana y no nos alejara del Señor.
TERCER MENSAJE: NO TENEMOS QUE DESCUIDAR NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS (MARCOS 14:35-38) Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. 36 Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. 37 Vino luego y los halló durmiendo; y dijo a Pedro: Simón, ¿duermes? ¿No has podido velar una hora? 38 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. Unas horas antes de que Pedro negara al Señor tres veces, él tuvo la oportunidad de prepararse espiritualmente, de fortalecerse en Dios por medio de la oración, pero en lugar de orar Pedro se durmió. El Señor cuando los encontró durmiendo les recordó una verdad que los cristianos no debemos olvidar nunca: El espíritu está dispuesto, pero la carne es débil. TODO CRISTIANO, no importa si es pastor, predicador, maestro, líder, etc si descuida su comunión con Dios, si no ora, si no lee la Biblia, si no se congrega, corre el riesgo de llegar a negar a Jesús con su vida, porque nuestra carne es débil y lo único que nos fortalece es la comunión con nuestro Dios.