¿CUAL ES EL VERDADERO PROBLEMA?

TEMA: ¿CUAL ES EL VERDADERO PROBLEMA?

TEXTO: HAGEO 1:1-7

INTRODUCCIÓN

Muchos cristianos nos quejamos de los problemas que tenemos en nuestra vida, de los problemas económicos que tenemos, de los problemas en nuestro matrimonio, de los problemas en nuestra familia, de los problemas en nuestro trabajo, etc.

El pueblo de Israel estaba experimentando problemas muy parecidos a los nuestros y nuestro Dios los describe perfectamente (Vs 6)

El Señor les dice que tienen que meditar en sus propios caminos (Vs 5) pues generalmente buscamos externamente el porqué de nuestros problemas, pero el Señor es claro: Mediten en SUS caminos.

Es decir que sus problemas no venían de afuera, sino que, por sus propias actitudes, por su propia manera de vivir, pero ¿Cuál era el problema? La respuesta la encontramos en el vs 2-4: El pueblo había abandonado la casa de Dios.

El templo había sido destruido por el imperio babilónico, y cuando los judíos regresaron nuevamente después de 70 años cautivos en babilonia comenzaron a reedificar el templo, pero después abandonaron la obra, se dedicaron a edificar sus propias casas, se dedicaron a otras cosas y dejaron la obra de reconstrucción del templo a medias, y el Señor les reclama: Mi casa está abandonada.

APLIQUEMOS ESTO A NUESTRA VIDA: Nosotros también tenemos que meditar en nuestros propios caminos, tenemos que reconocer que el verdadero problema de nuestra vida es el mismo problema del pueblo de Israel: No tenemos tiempo para Dios en nuestra vida.

I) AL IGUAL QUE EL PUEBLO DE ISRAEL NOS HEMOS DEDICADO A EDIFICAR NUESTRAS PROPIAS CASAS Y HEMOS DEJADO LA CASA DE DIOS (VS 4)

 

  • Edificar nuestra casa significa dedicarnos al trabajo, a los negocios, a los estudios, a la diversión, etc. Y surge la pregunta ¿es malo dedicarnos a edificar nuestra vida?

 

  • La respuesta es: No, de hecho, la palabra de Dios nos dice que tenemos que esforzarnos y ser valientes, que tenemos que dedicarnos a nuestros negocios, y trabajar con nuestras manos para que no tengamos necesidad de nada (1 Tesalonicenses 4:1-2) pero que esto no nos aleje de Dios, es decir, tenemos que trabajar, tenemos que estudiar, tenemos que dedicarnos a los negocios pero nunca debemos olvidar que la prioridad de nuestra vida tiene que ser Dios.(Mateo 6:33)

 

II) EL PROBLEMA ES QUE NOSOTROS HEMOS DEJADO A DIOS (HAGEO 1:13)

 

  • Que maravilloso mensaje el que el Señor le dio a su pueblo: Yo estoy con vosotros.

 

  • Pero es un mensaje que también nos debe hacer reflexionar, pues no es Dios quien nos ha abandonado, no nos estan saliendo mal las cosas en nuestra vida porque Dios nos haya dado la espalda, sino al contrario: Nosotros hemos dejado a Dios.

 

  • Y tenemos que reconocer que posiblemente no se trata de haber dejado la iglesia, o de haber dejado nuestros ministerios, sino de haber descuidado lo que representaba el templo para Israel: el lugar de comunión con Dios.

 

  • Es decir que muchos cristianos estamos siempre en la iglesia, estamos siempre sirviendo en los ministerios, pero hemos abandonado nuestra comunión con Dios, hemos descuidado nuestra lectura Bíblica, hemos descuidado nuestra vida de oración.

 

  • Pero también hay muchos cristianos que al igual que el pueblo de Israel han abandonado la casa de Dios, ya no se congregan, han dejado de diezmar y ofrendar, han dejado de servir en sus ministerios y también su comunión personal con el Señor.

 

III) SI YA RECONOCIMOS EL PROBLEMA ¿QUE TENEMOS QUE HACER? (HAGEO 1:14)

 

  • El Señor despertó el espíritu de los lideres del pueblo, de Zorobabel el gobernador y de Josué el sumo sacerdote, y luego el espíritu del resto del pueblo.

 

  • Eso nos permite reconocer la gran responsabilidad que como cabezas de hogar tenemos para con Dios, la responsabilidad que como padres y madres tenemos, pues los primeros que tenemos que reaccionar y volver a los caminos de Dios somos nosotros para poder motivar también a toda nuestra familia, a nuestros hijos e hijas.

 

  • Tenemos que volver a congregarnos como familia, tenemos que volver a orar en familia, tenemos que volver a leer la Biblia.

 

  • Y si Dios ha hablado a nuestra vida por medio de este mensaje ¿Qué vamos a esperar?

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