ESTUDIO BIBLICO , EL SERMÓN DEL MONTE: LAS BIENAVENTURANZAS III PARTE
TEXTO: MATEO 5:8-12 Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.9 Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Hoy seguimos estudiando el sermón del monte, y hoy continuaremos estudiando las bienaventuranzas. Este día veremos las últimas cuatro bienaventuranzas y su aplicación para nuestra vida.
¿Quienes son los bienaventurados?
VI) LOS DE LIMPIO CORAZÓN, PORQUE ELLOS VERÁN A DIOS (VS 8) Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Verdaderamente podríamos decir que esta es la mayor de las bienaventuranzas, pues este es el máximo anhelo del pueblo de Dios, definitivamente no hay ni habrá nada semejante en esta vida, nada más grandioso, que ver a nuestro Dios.
Pero esta bienaventuranza tiene una limitante muy grande para nosotros los seres humanos, pues nos declara que los bienaventurados que verán a Dios son los de limpio corazón, y la palabra de Dios nos muestra como es el corazón de los seres humanos:
- Engañoso y perverso (Jeremías 17:9) Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
- De él salen los peores pecados (Mateo 15:19) Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias.
Entonces ¿Cómo podemos ver a Dios si nuestro corazón no es limpio, sino que está lleno de pecados, de engaños, y perversidad? La única forma es como lo expresaba el rey David en el Salmo 51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Podemos decir entonces que los que verán a Dios son aquellos en los cuales Dios ha creado en ellos un corazón nuevo, un corazón limpio (Ezequiel 11:19) Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, y esto se puede hacer realidad en nuestra vida únicamente por medio de Jesucristo (2 Corintios 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
La palabra de Dios nos declara que por medio de Cristo nosotros, incluyendo nuestro corazón, ya ha sido lavado, justificado y santificado (1 Corintios 6:9-11) ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.
Esto significa nosotros somos bienaventurados porque él nos ha dado un corazón limpio y por su misericordia y su gracia veremos a Dios
VII) LOS PACIFICADORES, PORQUE ELLOS SERÁN LLAMADOS HIJOS DE DIOS. (MATEO 5:9) Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
¿Quiénes son a quienes se refiere el Señor cuando habla de los pacificadores? los pacificadores de los cuales habla el Señor no son solamente aquellos que evitan los conflictos, sino los que hacen la paz con su prójimo, los que procuran la hermandad y la armonia.
Tenemos que saber que el primero que nos da ejemplo de cómo ser pacificadores es nuestro Señor Jesucristo, por medio de él nosotros los pecadores tenemos paz para con nuestro Dios (Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Pero esa paz que tenemos por medio de Jesús no significa solamente ya no estar en conflicto con Dios, sino que también ha hecho que seamos hijos Dios (Juan 1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;
El ejemplo que nos da nuestro Señor nos permite entender que ser un pacificador significa no solamente anhelar la paz, orar por la paz, sino estar dispuestos a sacrificar algo de nuestra vida para lograr esa paz (Romanos 12:18) Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Y tenemos que comprender que los pacificadores no “Llegaran” a ser hijos de Dios, sino que serán llamados hijos de Dios, es decir, que al ser pacificadores, al buscar estar en paz con nuestros prójimos todos podrán reconocer que somos hijos de Dios (Juan 13:35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
VIII) LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN POR CAUSA DE LA JUSTICIA, PORQUE DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS (MATEO 5:10) Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos, Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
La palabra persecución en el original es la palabra griega “DIOKO” que literalmente significa expulsar de un lugar, hacer huir, oprimir, acusar, perseguir y ahuyentar.
Tenemos que saber que hoy en día en el mundo muchas personas sufren persecución, por su estilo de vida, por sus preferencias sexuales, por sus preferencias políticas, por los delitos que han cometido, por la religión, etc, pero ellos no son bienaventurados, pues únicamente son bienaventurados aquellos que sufren persecución por causa de la justicia, es decir por hacer lo bueno y lo agradable ante los ojos de Dios.
Si estamos sufriendo persecución por hacer lo malo no somos bienaventurados (1 Pedro 2:20) Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Muchas veces creemos que estamos sufriendo persecución por ser cristianos, pero en realidad estamos sufriendo por causa de que nos llamamos cristianos pero ofendemos a nuestro prójimo, nos llamamos cristianos pero no pagamos nuestras deudas, nos llamamos cristianos pero somos irresponsables en el trabajo, posiblemente verdaderamente estemos sufriendo persecución pero no es por causa de la justicia, sino al contrario.
Nuestro Señor Jesucristo nos dejó claro que los cristianos ya no somos parte de este mundo, o de este sistema de mundanalidad, y por eso mismo el mundo nos aborrece (Juan 15:18-19) Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. 19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.
La palabra de Dios nos muestra que decidir vivir diferente al mundo puede traer persecución a nuestra vida (1 Pedro 4:3-4) Baste ya el tiempo pasado para haber hecho lo que agrada a los gentiles, andando en lascivias, concupiscencias, embriagueces, orgías, disipación y abominables idolatrías. 4 A éstos les parece cosa extraña que vosotros no corráis con ellos en el mismo desenfreno de disolución, y os ultrajan;
Pero tenemos que gozarnos y saber que somos bienaventurados pues aunque este mundo nos pueda perseguir y aborrecer nuestro Dios nos ha permitido ser parte de su Reino. (Lucas 12:32) No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino.