HACIENDO CASTILLOS EN EL AIRE

TEMA: HACIENDO CASTILLOS EN EL AIRE

TEXTO: SALMO 91:2

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Verdaderamente la palabra esperanza es una palabra que muchas personas mal interpretan, pues muchas veces confundimos ILUSIÓN con ESPERANZA, y aunque pueden ser parecidas pero en realidad son muy diferentes.

Es por eso que en los tiempos que estamos viviendo y para los que vienen, los cuales pueden ser días difíciles, es muy importante que tengamos bien claro lo que verdaderamente significa tener esperanza.

Cuando nos referimos al mañana, a nuestro futuro, muchas veces decimos: “yo espero” , “ojala” “quisiera” “tal vez” etc. Pero estas son expresiones que vienen de la ilusión de un mañana mejor, de la ilusión de que las cosas cambiaran para bien, de la ilusión de que todo será diferente.

Pero comprendamos primeramente lo que significa la palabra ILUSION: La ilusión es una esperanza que NO TIENE FUNDAMENTOS.

Esto quiere decir que si nuestro mañana está basado en una ilusión al final podemos terminar defraudados, frustrados y con el corazón quebrantado.

El texto que hemos leído nos dice que el Señor tiene que ser nuestra esperanza y nuestro castillo, pero lastimosamente muchos de nosotros nos dedicamos a hacer castillos en el aire, lo cual quiere decir hacer planes o proyectos sin tener base, por lo que es fácil que se desmoronen o que ni siquiera lleguen a comenzar casi se podrían considerar como fantasías irrealizables.

¿QUE NECESITAMOS ENTONCES PARA DEJAR DE HACER CASTILLOS EN EL AIRE PARA NUESTRO MAÑANA? Necesitamos dejar de vivir de ilusiones y tenemos que aferrarnos a una ESPERANZA VIVA y VERDADERA, y eso significa:

I) PONER A DIOS COMO FUNDAMENTO DE NUESTROS PLANES Y PROYECTOS (PROVERBIOS 16:3)

Muchas veces pensamos que las cosas van a cambiar para bien en nuestra vida y que nuestros proyectos y planes se harán realidad dependiendo de las circunstancias, de la economía, de los bancos, de la persona que prometió ayudarnos, de los amigos, de nuestros familiares, etc.

Pero todo eso es cambiante, todo esto es inseguro, por eso podemos poner o encomendar nuestros planes y proyectos en nuestro Dios, eso nos da seguridad, eso nos da verdadera esperanza, esto significa dejar de hacer castillos en el aire y poner a Dios como nuestro castillo fuerte en quien confiamos y quien nos da seguridad.

II) CONFIAR EN LAS PROMESAS Y EN EL PODER DE NUESTRO DIOS (JOSUE 21:45)

Tenemos que reconocer que lo que más llena de vana ilusión nuestro corazón son las vanas promesas, es decir aquellas promesas que las personas nos hacen pero que no tienen ninguna capacidad de cumplir.

Lastimosamente muchas personas prefieren vivir aferradas a las vanas promesas de los hombres que poner su esperanza en las promesas maravillosas de nuestro Dios, y por eso hay tantas personas que terminan llenas de amargura, de tristeza, y de desilusión.

Pero nosotros si verdaderamente queremos tener una esperanza viva para nuestro mañana tenemos que poner nuestra fe y nuestra confianza en las promesas de Dios y en el poder que nuestro Dios tiene para cumplirlas y hacerlas realidad en nuestra vida.

Nuestro Dios es FIEL pues todo lo que nos promete lo cumple, porque tiene todo el poder para hacerlo.

III) NO OLVIDARNOS DEL NOMBRE DE NUESTRO DIOS (SALMOS 20:7)

A pesar de los difíciles que pueden ser nuestras circunstancias hoy podemos tener esperanza si recordamos el nombre de nuestro Dios.

Él es EL SHADAI, el Dios todopoderoso, para el no hay nada imposible.

Él es El OLAM, el Dios eterno, no cambia, así como estuvo con nosotros y nos ayudó ayer, nos está ayudando hoy, y ya está en nuestro mañana dispuesto para ayudarnos.

Él es JEHOVA SABAOT, el Dios de los ejércitos, el que pelea y peleara nuestras batallas, y que no ha perdido ninguna de ellas.

Él es JEHOVA RAFA, el Dios sanador, el que tiene poder para sanar todas nuestras enfermedades.

Él es JEHOVA JIREH, el Dios proveedor, que nos ama y cuida de todas nuestras necesidades.

CONCLUSIÓN: Podemos tener verdadera esperanza para nuestro mañana, pues cada uno de nosotros que tenemos a Cristo en nuestro vida podemos decir con fe y confianza: SI DIOS ES POR NOSOTROS ¿QUIEN CONTRA NOSOTROS? (ROMANOS 8:31)

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