EL A,B,C DE NUESTRA VICTORIA

TEMA: EL A,B,C DE NUESTRA VICTORIA

TEXTO: 1 CORINTIOS 15:57 Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.

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Definitivamente que a  todos nos gustan las victorias, pues las victorias son motivo de gozo y de alegría en nuestra vida, pero también sabemos que toda victoria es el final de un proceso difícil y atemorizante llamado BATALLA

Pero es preciso reconocer lo que nos declara el versículo que hemos leído para comenzar: Dios nos da la victoria por medio de Jesucristo, es decir que cualquiera que sea la batalla que estemos enfrentando podemos confiar que la victoria está disponible para cada uno de nosotros. 

Veamos por medio de la palabra de Dios ¿Cómo podemos hacer realidad esa victoria cuando estemos enfrentando las diferentes batallas de la vida? VEAMOS EL A,B,C DE NUESTRA VICTORIA;

I) NECESITAMOS ACERCARNOS AL SEÑOR (JUAN 15:5) Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.

Tenemos que comprender y tener bien claro en nuestra vida: Mientras más lejos estemos del Señor más lejos estaremos de nuestra victoria, por más que luchemos, por más que peleemos la batalla, si estamos lejos del Señor NO HABRÁ VICTORIA.

Lastimosamente muchos cristianos creen que estar lejos del Señor es solamente dejar de congregarse en una iglesia, pero tenemos que comprender que tristemente hay muchos cristianos que siempre están en la iglesia pero su corazón está lejos del Señor.

La distancia entre Dios y nosotros no está basada solamente por nuestro cuerpo sino por nuestro corazón, es decir, por nuestras prioridades, por aquello que amamos, por aquello en quien confiamos (Mateo 15:8) Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.

Cuando nuestro corazón está cerca de Dios él es nuestro gozo, nuestro deleite, nuestra prioridad, nuestro primer amor, y cuando él es nuestro deleite esa victoria por la cual estamos orando el Señor la hará realidad (Salmos 37:4) Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

II) NECESITAMOS ARREPENTIRNOS DE CORAZÓN (Hechos 3:19) Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

Los tiempos de refrigerio son tiempos de victoria para nuestra vida, y para poder disfrutar esos tiempos de victoria en nuestra vida tenemos que tener un verdadero arrepentimiento de corazón, pero ¿De que tenemos que arrepentirnos? pues de todo pecado que este afectando nuestra relación con Dios, de todo pecado oculto.

Pero tenemos que comprender que el principal pecado que no nos permite recibir esa victoria en nuestra vida es LA DUDA, y esa duda de nuestro corazón se manifiesta cuando dejamos de confiar en el Señor y ponemos nuestra confianza y nuestra esperanza en hombres y no en Dios, dudar del Señor significa que nuestra fe ha decaido, que nuestra fe se ha debilitado (Mateo 14:31) Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?.

Tenemos que ser sinceros con Dios, tenemos que tener un verdadero arrepentimiento en nuestro corazón y confesar nuestro pecado al Señor, confesar nuestra duda, confesar nuestra incredulidad, para que él pueda ayudarnos a creer y a confiar (Marcos 9:24) E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.

III) NECESITAMOS BUSCAR MÁS DE SU PRESENCIA (Mateo 28:20) enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.

Nuestro Señor Jesucristo nos declara algo maravilloso: SU PRESENCIA ESTÁ SIEMPRE CON NOSOTROS, pero tenemos que comprender que su presencia está en todo lugar pero su presencia no se manifiesta en todo lugar, sino que su presencia se hace real, se manifiesta en donde lo buscan de corazón, donde buscan más de él , donde hay personas que anhelan ser llenos de su presencia. 

Tenemos que comprender que la presencia del Señor es imprescindible para poder tener victoria en las batallas que enfrentamos en nuestra vida, pues la clave de nuestra victoria no es quiénes somos nosotros, sino quien es el que va con nosotros (1 Juan 4:4) Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

IV) NECESITAMOS CONFIAR EN DIOS A PESAR DE TODO (JUAN 11:39-40) Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. 40 Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?.

La victoria de Dios viene cuando ponemos nuestra confianza plenamente en el Señor, en su poder, en su amor, y en su fidelidad para nosotros. 

Sin importar la batalla que podamos estar enfrentando, a pesar de lo fuerte que parezca el enemigo, a pesar de lo grande que sea la tormenta, tenemos que confiar que veremos la gloria de Dios obrando a nuestro favor dándonos su victoria. 

Tenemos que reconocer que cuando estamos peleando batallas difíciles de enfrentar, a nuestro corazón vendrán las palabras del temor y del desánimo para hacernos retroceder, para hacer que nos rindamos, pero tenemos que confiar que no es el temor, ni el desánimo, ni el conocimiento, ni la experiencia, ni la ciencia, los que tienen la última palabra en nuestra vida, LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENE SIEMPRE NUESTRO SEÑOR porque toda potestad, toda autoridad le fue dada a él (Mateo 28:18) Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

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