HABLEMOS DEL BUEN ÁRBOL

TEMA: HABLEMOS DEL BUEN ÁRBOL

TEXTO: MATEO 7:15-20

Normalmente cuando reflexionamos sobre este texto nos enfocamos en los frutos, los cuales podríamos decir que son lo que identifica al verdadero cristiano, los buenos frutos son lo que nos permite identificar a alguien que verdaderamente tiene la presencia del Espíritu Santo en su vida.

Podemos ver en el texto que nuestro Señor Jesucristo dejó bien claro que  los buenos frutos vienen del buen árbol, pero ¿Que es un buen árbol? ¿Qué características tiene y cómo podemos aplicarlas a nuestra vida cristiana?

Este día dejaremos por un momento de hablar de los frutos, y hablemos del buen árbol que los produce, para que comprendamos cómo podemos nosotros producir esos buenos frutos que el Señor espera de nosotros. 

I) EL BUEN ÁRBOL ESTÁ PLANTADO EN EL LUGAR CORRECTO (SALMO 1:3) 

Estar plantado junto a corrientes de aguas significa estar en el lugar apropiado para poder fructificar, para un cristianos estar plantado junto a corrientes de aguas significa estar y perseverar en los caminos de Dios.

No podemos pensar que podemos dar buenos frutos si estamos en el lugar correcto, no podemos dar buenos frutos lejos de los caminos de Dios, no podemos producir los frutos del Espíritu viviendo en mundanalidad.

Si no estamos en el lugar correcto vamos a producir los frutos incorrectos, si nuestra vida está plantada, enraizada en las cosas del mundo, en el materialismo, en los placeres, nuestra vida producirá los frutos de la carne. 

Y tenemos que saber que así como los frutos del Espíritu traen bendiciones a nuestra vida también los frutos de la carne traen consecuencias.

II) EL BUEN ÁRBOL NO SE SECA, SE MANTIENE VERDE (SALMO 92:13-14) 

El buen árbol produce buenos frutos a pesar del tiempo y de las circunstancias, porque siempre está verde, no se deja secar.

Nosotros como cristianos tenemos que comprender que si dejamos secar la espiritualidad en nuestra vida no podremos fructificar, nos volveremos estériles espiritualmente.

Tenemos que comprender que un cristianos que se aleja del Señor se va secando poco a poco, aunque aparentemente su exterior pueda aparentar estar bien, en su interior se van marchitando poco a poco, y así como un árbol seco y marchito no puede dar frutos tampoco la vida de un cristiano puede ser fructífera si está seco en su interior. 

II) EL BUEN ÁRBOL SE ALIMENTA DE LOS MEJORES NUTRIENTES (ROMANOS 11:17)

Esa rama injertada que nos habla el texto representa a los gentiles que han sido injertados en el olivo original, y esa rama de olivo silvestre podrá dar buenos frutos porque está alimentada de la rica savia del olivo.

Pero en nuestra vida ¿Que representa esa rica savia del olivo? Es la palabra nuestro Dios, es lo que nos nutre espiritualmente, es lo que nos fortalece, y lo que nos permite dar frutos.

En las plantas la savia es lo que se necesita para el crecimiento, la fructificación y formación de reservas, en la vida cristiana la palabra de Dios y nuestra comunión con él es lo que nos alimenta para que podamos crecer espiritualmente y fructificar y para tener las fuerzas necesarias para soportar las tempestades de la vida. 

IV) EL BUEN ÁRBOL DA FRUTO EN SU TIEMPO (SALMO 1:3) 

Podemos ver en la naturaleza que cada árbol fructifica o da cosecha en un tiempo específico del año,  no  todas las frutas tienen un mismo tiempo de cosecha. 

Así es nuestra vida en Cristo, vamos a dar fruto en su tiempo, y no debemos desesperarnos y desanimarnos, solo tenemos que estar seguros que estamos plantados en el lugar correcto y estar alimentados por los nutrientes correctos, y Dios se encargará de hacer que nuestra vida de esos buenos frutos de bendición para nuestra vida.

Quizás puedes creer que en tu vida no está pasando nada, que el tiempo pasa, que llevas meses en los caminos de Dios y no ves esas bendiciones espirituales en tu vida, no te impacientes, el Señor te está fortaleciendo, el Señor está nutriendote espiritualmente para que puedas dar los buenos frutos de Dios en tu vida. 


CONCLUSIÓN: No podemos tratar de dar buenos frutos en nuestra vida si primeramente no somos buenos árboles, tenemos que procurar todos los días que nuestra vida se convierta un buen árbol para Dios, y él hará que nuestros frutos sean buenos y abundantes para su gloria y honra y para bendición de nuestra vida.

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