BOSQUEJO CORTO: QUEREMOS BENDICIONES, PERO….

TEMA: QUEREMOS BENDICIONES, PERO…. 

TEXTO: 1:1-10

El profeta Hageo predicó a un pueblo que había regresado de Babilonia después de 70 años de cautiverio, el templo de Jerusalén estaba destruido completamente, y Hageo exhortó al pueblo a renovar sus esfuerzos por construir la casa del Señor.

Hageo motivó al pueblo de Dios a recapacitar y reflexionar para darse cuenta que la sequía y la falta de cultivo eran causadas por no tener bien claras las prioridades espirituales (vs:9-11) Para Hageo la reconstrucción del templo significaba el regreso de la presencia de Dios en medio de ellos, pero lastimosamente el pueblo estaba más enfocado en construir sus propias casas, en llevar a cabo sus propios proyectos, en sus negocios, y dejaron abandonada la obra de la casa de Dios.

Los cristianos hoy en día tenemos muchas similitudes con el pueblo al cual le predicó el profeta Hageo, nosotros no estamos regresando de un cautiverio, pero sí estamos regresando a una nueva normalidad después de una cuarentena, de muchos días y semanas de tener nuestras iglesias cerradas, y lastimosamente al igual que el pueblo de Dios de aquella época nosotros tampoco estamos viviendo bajo las prioridades correctas. 

Estamos viviendo un tiempo en el cual los cristianos queremos las bendiciones de Dios en nuestras vida, queremos protección, queremos sanidad, queremos prosperidad…. 

I) PERO TENEMOS TIEMPOS PARA TODO, MENOS PARA NUESTRO DIOS (HAGEO 1:2) Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. Muchos cristianos en este tiempo de nueva normalidad ya salieron a los centros comerciales, ya visitaron a sus familiares, ya están trabajando en sus empresas, ya fueron a los lugares turísticos, a los restaurantes, PERO PARA ELLOS AÚN HAY QUE ESPERAR PARA IR A LA IGLESIA.

II) PERO NO LE ESTAMOS DANDO IMPORTANCIA A LAS COSAS DE DIOS EN NUESTRA VIDA (HAGEO 1:3-4) Entonces vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:4 ¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vuestras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Es triste ver que en esta nueva normalidad los restaurantes están llenos de personas, los centros comerciales permanecen llenos, los mercados están abarrotados, y las iglesias están vacías, aún podemos ver que las personas ya ni siquiera se quieren conectar a los cultos en línea, estamos llegando a un punto que LA PANDEMIA QUE NOS ESTÁ AFECTANDO  A LOS CRISTIANOS SE  LLAMA ENFRIAMIENTO ESPIRITUAL, y tiene varios síntomas muy peligrosos: Desinterés por las cosas de Dios, aburrimiento, total desánimo espiritual. 

III) PERO TENEMOS QUE COMPRENDER QUE TODO ESTE DESINTERÉS ESPIRITUAL TRAERÁ DURAS CONSECUENCIAS A NUESTRA VIDA Y A NUESTRA FAMILIA (HAGEO 1:5-7 Y 9) Pues así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros caminos.6 Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentais; y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto. 7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. 9 Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa. Tenemos que comprender que darle la espalda a Dios también significa darle la espalda a sus bendiciones, a su protección, a su vida abundante, a su provisión y su favor sobre nuestra vida, recordemos que la palabra de Dios nos enseña que la grandes obras de Dios, sus maravillas, su poder y sus bendiciones las buscan los que las quieren (Salmo 111:2) Grandes son las obras de Jehová, Buscadas de todos los que las quieren. SI NO LAS BUSCAMOS, ES PORQUE NO LAS QUEREMOS.

¿QUE NECESITAMOS HACER ENTONCES? (Hageo 1:13-14) Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.14 Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios,  Tenemos que reconocer que Dios no nos ha abandonado nunca, nosotros somos los que le hemos dado la espalda, y tenemos que despertar yá de este desinterés espiritual en el que hemos caído, tenemos que salir de este enfriamiento espiritual que tanto nos está afectando. 

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