ESTUDIO BÍBLICO: EDIFIQUEMOS NUESTRO ALTAR PERSONAL, LAS DOCE PIEDRAS DE NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS I PARTE

ESTUDIO BIBLICO: EDIFIQUEMOS NUESTRO ALTAR PERSONAL, LAS DOCE PIEDRAS DE NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS I PARTE

 

TEXTO: 1 REYES 18:30-31

Este día comenzamos una nueva serie de estudios Bíblicos del mes de abril, en este mes vamos a estudiar las doce piedras con las cuales todo cristianos tiene que edificar su altar personal, es decir edificar su relación o comunión personal con el Señor.

 

PRIMERAMENTE COMPRENDAMOS LO QUE ES UN ALTAR:

 

MATERIALMENTE HABLANDO Un altar es cualquier estructura sobre la cual se hacían ofrendas y sacrificios para propósitos religiosos. Usualmente era una plataforma elevada con una superficie plana. La palabra altar se usa por primera vez en Génesis 8:20 cuando Noé construyó un altar para el Señor después de abandonar el arca.

 

ESPIRITUALMENTE HABLANDO: Un altar siempre representaba un lugar de consagración. Antes de que Dios le diera su ley a Moisés, los hombres hacían altares dondequiera que estuvieran, muchas veces se construyó un altar para conmemorar un encuentro con Dios que tuvo un impacto profundo en alguien.

 

En la Biblia podemos ver como Abraham (Génesis 12:7), Isaac (Génesis 26:24–25), Jacob (Génesis 35:3), David (1 Crónicas 21:26) construyeron altares y adoraron después de haber tenido un encuentro único con Dios.

 

Un altar generalmente representaba el deseo de una persona de consagrarse completamente al Señor, todo corazón humano tiene un altar invisible donde se libra la guerra entre la carne y el espíritu. Cuando entregamos áreas de nuestras vidas al control del Espíritu Santo, estamos colocando esa área en el altar ante Dios. Puede ayudar a visualizar el altar de Abraham donde ofreció a su hijo Isaac al Señor (Génesis 22:9). Podemos preguntarle al Señor qué áreas de nuestras vidas requiere que le ofrezcamos.

 

Quiere decir que cuando hablamos de altar personal estamos hablando de dos palabras muy importantes: ENCUENTRO Y CONSAGRACIÓN, pero el problema de muchos de nosotros como cristianos es que nuestro altar está descuidado, está derribado, y por ese motivo hemos dejado que poco a poco el pecado y nuestra carnalidad vayan ganando terreno en nuestra vida.

 

Pero ¿cómo podemos reedificar nuestro altar que está derribado? Por medio de este estudio Bíblico aprenderemos como podemos reedificar el altar de nuestra comunión y de nuestra consagración para con Dios por medio de las doce piedras o doce elementos indispensables para restaurar nuestra relación con el Señor (1 Reyes 18:31)

 

I) PRIMERA PIEDRA DE NUESTRO ALTAR : FE (HEBREOS 11:6)

 

Podemos ver en el texto que muy claramente nos declara que sin fe es imposible agradar a Dios, no se nos dice que es imposible servirle, o congregarse, pero sí es imposible agradarle, si verdaderamente queremos tener comunión con Dios tenemos que acercarnos a él con fe.

 

La palabra de Dios nos declara que “Al que cree todo le es posible..” (Marcos 9:23) y generalmente lo aplicamos a los milagros, a las sanidades, etc pero también tenemos que aplicarlo a nuestra comunión con Dios, pues solamente al que cree le es posible agradar a Dios.

 

¿Porque es tan importante la fe para nuestra comunión con Dios? En nuestras relaciones humanas la confianza en alguien va creciendo a medida lo vamos conociendo, en nuestra relación con Dios nosotros como seres humanos no podemos conocer completamente a nuestro Dios (Job 26:14) no podemos verlo, es por eso que nuestro Dios quiere y le agrada que nosotros confiemos en él , que le creamos aunque no lo veamos y aunque muchas veces no lo comprendamos.

 

II)   SEGUNDA PIEDRA DE NUESTRO ALTAR: HUMILDAD (SALMO 138:6)

 

Así como es imposible agradar a Dios sin fe, así también es imposible acercarnos a Dios sin humildad.

 

En el altar del tabernáculo de reunión  se quemaba la ofrenda de animales para el Señor, se consumían por completo, hasta quedar en cenizas (Levítico 6:10) y eso es exactamente lo que el Señor espera de nosotros, que podamos quemar nuestro orgullo, nuestra vanidad, nuestra autosuficiencia, nuestra soberbia, nuestra altanería.

 

La palabra de Dios nos muestra la importancia de la humildad en nuestra relación con Dios, pues el Señor no se relaciona con los soberbios sino con los humildes de espíritu (Isaías 57:15)

 

III)   TERCERA PIEDRA DE NUESTRO ALTAR: SINCERIDAD (SALMO 51:1-3)

 

En la actualidad muchas personas se muestran en la redes sociales a través de muchos filtros, muchos efectos para poder parecer alguien diferente de quien verdaderamente son, para poder disimular sus defectos, para que no se noten sus imperfecciones.

 

Pero el Señor necesita que nosotros nos presentemos delante de él “Sin filtros” es decir que nos presentemos reconociendo quien verdaderamente somos, tenemos que venir y presentarnos delante del Señor reconociendo nuestros pecados, y reconociendo que materialmente no tenemos nada que ofrecerle ni nada con lo que pudiéramos impresionar a Dios (Salmo 51:17)

 

Dios no quiere que nos acerquemos a él con fingimientos sino con un corazón sincero que reconoce que nada está oculto delante de él (Marcos 7:6)

 

Definitivamente que no puedo reedificar nuestro altar si no reconocemos que tenemos pecados en nuestra vida, si no reconocemos que tenemos debilidades, iniquidades, y cosas que nos causan vergüenza que tienen que ser quemadas en el altar de nuestra comunión con Dios.

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