SEÑOR, ¿POR QUÉ PERMITES QUE SUFRAMOS?

TEMA: SEÑOR, ¿POR QUÉ PERMITES QUE SUFRAMOS?

TEXTO: JOB 5:7 Pero como las chispas se levantan para volar por el aire, así el hombre nace para la aflicción.

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Verdaderamente esta es una de las preguntas que millones de personas se hacen en el mundo, pues dicen: Si Dios es un Dios de amor, de misericordia, de bondad ¿Por qué permite el sufrimiento? Pero no comprenden que Dios en su misericordia, en su gracia, en su bondad y en su amor para con nosotros permite el sufrimiento en nuestra vida porque tiene propósitos buenos para nosotros.

Tenemos que reconocer que una de las mayores causas de desesperanza para toda persona es NO ENCONTRAR SENTIDO A SU SUFRIMIENTO, esto fue la conclusión a la que llegó el médico neurólogo y psiquiatra judio Viktor Frakl, el cual primeramente perdió a toda su familia en los campos de concentración nazis durante la segunda guerra mundial y luego tuvo que enfrentar tres años de sufrimiento extremo en diferentes campos de concentración.

El pudo sobrevivir y mantener la esperanza aun en las condiciones más difíciles de su vida porque logró encontrar un sentido y un propósito a su sufrimiento, y después de ser liberado al final de la guerra, logró definir a la desesperanza por medio de una fórmula o una ecuación:  D=S-P, DESESPERANZA ES IGUAL A SUFRIMIENTO SIN PROPÓSITO.

Tomando esa definición de desesperanza podemos comprender la importancia de la promesa que nuestro Dios nos hace en la carta a los Romanos capítulo 8 versículo 28 : 28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Esta promesa nos recuerda que nuestro sufrimiento no es en vano, que nuestro sufrimiento, aunque quizás nos cueste comprenderlo, tiene propósitos de parte de Dios para nuestra vida, Y DEBEMOS AFERRARNOS CON FE A ESA PROMESA.

El sufrimiento en nuestra vida puede tener muchas causas: Enfermedades, escasez, soledad, muerte, etc, pero cualquiera que sea la causa TENEMOS QUE CONFIAR que nuestro Dios tiene un propósito bueno en ese sufrimiento.

Veamos entonces en la palabra de Dios cuáles son esos propósitos que nuestro Dios tiene en los momentos de sufrimiento de nuestra vida, y nos daremos cuenta que NUESTRO SUFRIMIENTO NO ES UN SUFRIMIENTO SIN SENTIDO, SINO CON PROPÓSITO.

I) PRIMER PROPÓSITO: EL SUFRIMIENTO PRUEBA NUESTRA FE

(1 PEDRO 1:6-7) En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, 7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,

El oro es sometido a prueba para comprobar su pureza y para comprobar si es oro verdadero, hoy en día la pureza y la autenticidad del oro se prueban con químicos y otras pruebas físicas, pero en los tiempos Bíblicos el oro era probado con fuego.

De la misma forma el Señor permite los sufrimientos en nuestra vida para probar nuestra fe, para que nosotros mismos podamos hacer un autoanálisis sobre en quién hemos confiado y si verdaderamente nuestra confianza está puesta en Dios.

II) SEGUNDO PROPÓSITO: EL SUFRIMIENTO NOS ENSEÑA A SER PACIENTES

(ROMANOS 5:3) Y no solo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;

Tenemos que reconocer hay situaciones en nuestra vida que no tenemos forma de cambiarlas, que lo único que podemos hacer es esperar en Dios.

En los momentos de dolor, de aflicción y de angustia, a todos nos cuesta mucho esperar en Dios, queremos tomar el control y tratar de arreglar las cosas a nuestra manera, queremos todo a nuestro tiempo, pero el Señor nos enseña que no es en nuestro tiempo sino en el suyo, EN LOS TIEMPOS DE PRUEBA APRENDEMOS A SER PACIENTES Y DEJAR TODO EN LAS MANOS DE DIOS, eso significa CONFIAR.

Y la paciencia nos ayuda a recibir la respuesta de Dios (Salmo 40:1-3) Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán

III) TERCER PROPOSITO: EL SUFRIMIENTO NOS PERMITE EXPERIMENTAR LA FUERZA DE DIOS EN NOSOTROS  Y SU CONSUELO

(2 CORINTIOS 12:10) Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.

La fortaleza y el poder de Dios está disponible para nosotros todos los días, pero es en los momentos de sufrimientos, de angustia, de dolor en los cuales podemos verdaderamente experimentar su poder y su fortaleza en nuestra vida.

Muchas veces el Señor tiene que hacernos reconocer que somos débiles, que no tenemos la capacidad de enfrentarnos a las dificultades en nuestra propia fuerza, para que acudamos a él por auxilio

Nosotros somos vasos de barro pero tenemos el tesoro de la presencia de Dios en nuestra vida, muchas veces Dios tiene que permitir que seamos quebrantados, como se quiebra un vaso de barro, para que su poder fluya en nosotros y se manifieste su gloria en nuestra vida (2 Corintios 4:7) Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros,

 Los brazos amorosos de nuestro Padre Celestial siempre están abiertos para nosotros, para consolarnos y para animarnos, cuando nos sentimos débiles, cuando sentimos que ya no podemos más tenemos que venir al Señor para ser consolados y fortalecidos por su poder  y su misericordia (2 Corintios 1:3-4) Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, 4 el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.

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