ESTUDIO BIBLICO, LOS DEBERES CRISTIANOS IV PARTE: DEBERES HACIA NUESTROS PRÓJIMOS.

ESTUDIO BIBLICO, LOS DEBERES CRISTIANOS V PARTE: DEBERES HACIA NUESTROS PRÓJIMOS.

TEXTO: ROMANOS 12:13-18 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. 14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. 17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. 18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

DESCARGA EN PDF: https://elblogdelpastoroscarflores.com/wp-content/uploads/2022/09/ESTUDIO-BIBLICO-LOS-DEBERES-CRISTIANOS-IV-PARTE_-DEBERES-HACIA-NUESTROS-PROJIMOS-1.pdf

Este día continuamos estudiando los deberes cristianos, es decir, la manera de cómo cada uno de nosotros debemos llevar a la práctica nuestro cristianismo en el diario vivir.

Hoy vamos a reflexionar en los deberes cristianos hacia nuestros prójimos, ya que la marca de la vida cristiana, es decir, la característica que nos distingue tiene que ser el amor (Juan 13:35) En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. Este amor tiene que ser manifestado para con los demás, para con nuestros prójimos.

Respondamos entonces por medio de la palabra de Dios ¿CUÁLES SON LOS DEBERES DE UN CRISTIANO PARA CON SUS PRÓJIMOS?

I) DEBEMOS COMPARTIR PRIMERAMENTE PARA LAS NECESIDADES DE LOS HERMANOS EN CRISTO (VS 13) compartiendo para las necesidades de los santos…”

La palabra de Dios nos muestra que el Señor nos bendice para que nosotros podamos compartir con otros , es decir, que somos bendecidos por nuestro Dios para poder ser de bendición para otros. (Génesis 12:2) Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.

Tenemos que comprender que somos salvos y somos parte de la familia del Señor por causa de una acción de amor, del Padre Celestial al entregar a su hijos y de nuestro Señor Jesucristo que puso su vida por nosotros, una entrega completa, es por eso que nuestro Dios espera que nosotros también tengamos un corazón lleno de amor y dispuesto a dar, dispuesto a compartir de las bendiciones que el Señor con nuestros hermanos (1 Juan 3;16-18) En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Tenemos que reconocer que como cristianos queremos cielos abiertos de parte de nuestro Dios sobre nuestra vida pero tenemos corazones cerrados para con nuestros prójimos.

¿A QUIENES DEBEMOS AYUDAR?

  • A NUESTROS FAMILIARES (1 Timoteo 5:8) porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
  • A NUESTROS HERMANOS DE LA FAMILIA DE DIOS (Gálatas 6:10) Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. Como dice el texto, todos son nuestros prójimos sin distinción, y debemos procurar hacer bien a  todos, pero mayormente a los hermanos en Cristo, a los de la familia de la fe.
  • A TODA PERSONA QUE VERDADERAMENTE SUFRE NECESIDAD Y ESCASEZ Y NOSOTROS TENEMOS PARA AYUDARLE (Proverbios 3:28) No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré, Cuando tienes contigo qué darle, ya que por medio de nuestra generosidad podemos ganar almas para Cristo Jesús.

TENEMOS QUE SABER QUE NO ES OBLIGATORIO AYUDAR Y MANTENER PERSONAS QUE NO QUIEREN TRABAJAR, QUE NO QUIEREN ESFORZARSE (2 Tesalonicenses 3:6-13) Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros. 7 Porque vosotros mismos sabéis de qué manera debéis imitarnos; pues nosotros no anduvimos desordenadamente entre vosotros, 8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros; 9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis. 10 Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. 11 Porque oímos que algunos de entre vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. 12 A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. 13 Y vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien.

II) DEBEMOS PRACTICAR LA HOSPITALIDAD CON NUESTROS PRÓJIMOS (ROMANOS 12:13B) compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.

Primeramente comprendamos lo que significa la hospitalidad: Virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades.

Buen recibimiento que se hace a los extranjeros o visitantes.

Nuestro Señor Jesucristo nos muestra que practicar la hospitalidad con los desconocidos y extranjeros será reconocido y premiado en el Reino de nuestro Dios (Mateo 25:34-40) Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. 37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? 40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Una de las mejores formas de practicar la hospitalidad es ser amables y mostrar amor a las personas que muchas veces son menospreciadas y rechazadas en la sociedad (Marcos 2:13-17) Después volvió a salir al mar; y toda la gente venía a él, y les enseñaba. 14 Y al pasar, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió. 15 Aconteció que estando Jesús a la mesa en casa de él, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa juntamente con Jesús y sus discípulos; porque había muchos que le habían seguido. 16 Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y con los pecadores, dijeron a los discípulos: ¿Qué es esto, que él come y bebe con los publicanos y pecadores? 17 Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores.

Como cristianos tenemos que hacer sentir bienvenidos a todos aquellos que se acercan al Señor en su iglesia, independientemente de su estilo de vida así como el Señor fue hospitalario con cada uno de nosotros cuando vinimos a él (Juan 6:37) Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

Deja un comentario