TEMA: LOS SIGNOS VITALES DE LA VIDA CRISTIANA
TEXTO: JUAN 5:24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
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No hay duda de que uno de los momentos más duros que se viven en un hospital es cuando los médicos están atendiendo a un paciente que está luchando entre la vida y la muerte, en ese momento los médicos están muy pendientes de LOS SIGNOS VITALES DEL PACIENTE, pues cuando los signos vitales se debilitan o desaparecen ellos hacen todo lo humanamente posible para reactivar sus signos vitales, los cuales son lo único que les permite saber que el paciente sigue con vida.
La palabra de Dios nos declara que nosotros por medio de Cristo HEMOS PASADO DE MUERTE A VIDA, es decir que una persona que ha recibido a Jesús como su Señor y Salvador ya no está muerto, sino que la vida de Dios está en él (Efesios 2:1) Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
Por lo tanto, así como el pulso, la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, la respiración y la presión sanguínea son los signos vitales de nuestro cuerpo, TAMBIÉN EN NUESTRA VIDA ESPIRITUAL HAY SIGNOS VITALES, que nos demuestran que ya no estamos muertos espiritualmente, sino que tenemos la vida de Cristo en nosotros.
VEAMOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS CUÁLES SON LOS SIGNOS VITALES DE LA VIDA CRISTIANA,
I) PRIMER SIGNO VITAL: LA SEGURIDAD DE NUESTRA SALVACIÓN
(Filipenses 1:21-23) Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. 22 Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. 23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor;
Por medio del apóstol Pablo podemos ver la seguridad de alguien que verdaderamente tiene lA ESPERANZA Y LA CONFIANZA DE TENER UN DESTINO ETERNO ASEGURADO POR MEDIO DE LA FE EN CRISTO.
De la misma manera, un cristiano que ha nacido de nuevo debe tener la seguridad en su corazón de su salvación, podríamos decir que ese es el primer milagro que un nuevo creyente recibe, pues antes de recibir al Señor como su salvador esa persona no tenía seguridad de su destino eterno o tenía la seguridad que iba directo al infierno, pero cuando recibe al Señor esa misma persona puede tener la seguridad por la fe, QUE AL MORIR ESTARÁ CON CRISTO PARA SIEMPRE.
Esa seguridad viene a nuestra vida por medio del Espíritu Santo que nos da testimonio, que nos recuerda, que somos hijos de Dios (Romanos 8:16-17) El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.
Si no tenemos seguridad de nuestra salvación, si no tenemos seguridad de nuestro destino eterno para decir como lo decía el apóstol Pablo: “Para mi morir es ganancia” tenemos que reflexionar y examinarnos a nosotros mismos si verdaderamente somos salvos, si verdaderamente hemos confiado en Cristo como Señor y Salvador de nuestra vida. (2 Corintios 13:5) Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
II) SEGUNDO SIGNO VITAL: HAMBRE Y SED POR LAS COSAS DEL ESPÍRITU
(1 PEDRO 2:1-3) Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, 2 desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, 3 si es que habéis gustado la benignidad del Señor.
Si verdaderamente hemos gustado la benignidad del Señor, es decir, si hemos experimentado personalmente su amor, su gracia y su bondad inmerecida por medio de la fe en Cristo, SIGNIFICA QUE EN NOSOTROS HAY UNA NUEVA NATURALEZA ESPIRITUAL que necesita ser alimentada por las cosas del Espíritu, por EL PAN ESPIRITUAL QUE ES LA PALABRA DE DIOS (Mateo 4:4) Él respondió y dijo: Escrito está: No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
El deseo que hoy sentimos en nuestro corazón por buscar las cosas de Dios, por el oír su palabra, por leer su palabra, por hacer su voluntad, ES UN SIGNO DE LA VIDA DE DIOS EN NOSOTROS (Salmo 42:2) Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
Ese deseo por la cosas de Dios que veíamos en otros cristianos ANTES PARA NOSOTROS ERA UNA LOCURA, pues no teníamos la vida del Señor en nosotros, y por eso no podíamos comprender las cosas del Espíritu.(1 Corintios 2:14) Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
Pero ahora, lo que antes era locura para nosotros es PODER DE DIOS (1 Corintios 1:18) Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
III) TERCER SIGNO VITAL: LA REGENERACIÓN Y RESTAURACIÓN EN LA VIDA DEL CRISTIANO
(2 CORINTIOS 5:17) De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
Este es uno de los signos más notables a nivel humano, cuando aun sin darnos cuenta muchas de las cosas pecaminosas que antes hacíamos ya no las hacemos más, o si las hacemos nos molesta hacerlas, nos hace sentir mal, nos entristece.
Como lo dice la palabra de Dios, en nosotros se están manifestando los frutos dignos de un verdadero arrepentimiento (Mateo 3:8) Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
A medida que vamos caminando en nuestra nueva vida nos damos cuenta que lo que nos dice la palabra es una realidad : YA NO PODEMOS PECAR (1 Juan 3:9) Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. Es decir, ya no podemos vivir en pecado, NO PODEMOS PECAR SIN SER ENTRISTECIDOS POR EL ESPÍRITU SANTO que mora en nosotros.
IV) CUARTO SIGNO VITAL: LA PAZ EN EL CORAZÓN DEL CREYENTE
(JUAN 14:27) La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Este versículo nos declara una verdad espiritual: Solamente alguien que tiene a Cristo como Señor y salvador de su vida puede experimentar en su corazón la verdadera paz, la paz que solamente nuestro Dios puede dar.
Solamente una persona que ha recibido a Cristo como Señor y salvador puede experimentar la paz con Dios (Romanos 5:1) Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Solamente una persona que sabe que tiene un Padre Celestial que cuida de su vida y de sus necesidades puede experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:6-7) Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. 7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Solamente una persona que ha conocido verdaderamente a Cristo como su Señor y salvador puede tener paz y esperanza para enfrentar el futuro (Romanos 8:31-32) ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
V) QUINTO SIGNO VITAL: EL AMOR POR NUESTRO PRÓJIMO
(1 JUAN 4:7-8) Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Solamente alguien que ha nacido de nuevo y tiene una relación viva con Dios puede manifestar el verdadero amor por su prójimo, ese amor que no se puede experimentar por un mandato o por una obligación sino porque EL AMOR DE DIOS HA SIDO DERRAMADO EN NUESTROS CORAZONES (Romanos 5:5) Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Solamente una persona que ha experimentado el amor inmerecido de Dios por medio de Jesucristo puede amar a otros de la misma manera (Juan 13:34-35) Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Solamente una persona que ha experimentado el amor de Dios reconoce que HA SIDO PERDONADA POR GRACIA puede perdonar a los demás, incluso a quienes consideramos que no lo merecen (Efesios 4:32) Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
La palabra de Dios es clara NO PODEMOS DECIR QUE AMAMOS A DIOS Y ABORRECER A NUESTRO PRÓJIMO ( 1 Juan 4:20) Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?
CONCLUSIÓN: Así como los médicos observan los signos vitales para confirmar que una persona está viva, también nosotros debemos examinar los signos vitales espirituales que confirman que la vida de Cristo está en nosotros. No se trata de religión, ni de apariencia, sino de una vida transformada, guiada por el Espíritu Santo. Estos signos, la seguridad de la salvación, el hambre por Dios, la regeneración, la paz verdadera y el amor por el prójimo, son evidencia de que hemos pasado de muerte a vida. Pidámosle al Señor que fortalezca estos signos cada día, para que vivamos una fe genuina, contagiosa y poderosa. ¡Examinemonos, y vivamos la vida cristiana con plenitud!
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