AGRADAR EL CORAZÓN DE DIOS TRAE BENDICIÓN

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TEMA: AGRADAR EL CORAZÓN DE DIOS TRAE BENDICIÓN

TEXTO: DEUTERONOMIO 28:8-13 Jehová te enviará su bendición sobre tus graneros, y sobre todo aquello en que pusieres tu mano; y te bendecirá en la tierra que Jehová tu Dios te da. 9 Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos. 10 Y verán todos los pueblos de la tierra que el nombre de Jehová es invocado sobre ti, y te temerán. 11 Y te hará Jehová sobreabundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, en el país que Jehová juró a tus padres que te había de dar. 12 Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,

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Verdaderamente son preciosas las palabras que encontramos en estos textos que hemos leído: JEHOVÁ ENVIARÁ BENDICIÓN SOBRE TODO AQUELLO EN QUE PUSIERES TU MANO, Y VERÁN TODOS LOS PUEBLOS QUE EL NOMBRE DE JEHOVÁ ES INVOCADO SOBRE TI.

Eso es definitivamente lo que todos los critianos anhelamos en nuestra vida, que la bendición de Dios esté sobre nosotros y que podamos glorificar el nombre del Señor por medio de nuestra vida.

Pero tenemos que comprender que las bendiciones de Dios vienen en gran manera sobre nosotros CUANDO AGRADAMOS EL CORAZÓN DEL SEÑOR CON NUESTRA VIDA.

VEAMOS EN LA BIBLIA CÓMO PODEMOS AGRADAR EL CORAZÓN DE NUESTRO DIOS CON NUESTRA VIDA PARA QUE SU BENDICIÓN SOBREABUNDE SIEMPRE SOBRE NUESTRA VIDA:

I) PARA AGRADAR EL CORAZÓN DE DIOS LE TENEMOS QUE OBEDECER

(DEUTERONOMIO 28:12-13) Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado. 13 Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas,

Tenemos que comprender que no solamente nos tenemos que conformar o pensar que es suficiente caminar en los caminos de Dios pero viviendo a nuestra manera y sin tomar en cuenta su voluntad, TENEMOS QUE CAMINAR EN SUS CAMINOS EN OBEDIENCIA

(Deuteronomio 28:9) Te confirmará Jehová por pueblo santo suyo, como te lo ha jurado, cuando guardares los mandamientos de Jehová tu Dios, y anduvieres en sus caminos.

Obedecer al Señor significa pasar de ser solamente OIDORES de la palabra y convertirnos en HACEDORES de la palabra que se nos predica (Santiago 1:22-24) Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era.

II) PARA AGRADAR EL CORAZÓN DE DIOS TENEMOS QUE DELEITARNOS EN ÉL

(Salmos 37:4) Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

En este texto la palabra “DELEITATE” es en el original la palabra hebrea “GO’AH”, la cual tiene varios significados muy importantes con respeto a nuestra relación con Dios:

Alegría: En algunos contextos se traduce como “alegría” o “regocijo”, refiriéndose a un estado de felicidad o satisfacción.

Regocijarse: También puede significar “sentirse contento”, implicando un estado emocional de felicidad.

Gozo espiritual: En un sentido más profundo, se refiere a la felicidad y alegría que proviene de nuestra relación cercana con Dios.

Es por eso que la palabra de Dios nos muestra CON QUÉ ACTITUD DEL CORAZÓN TENEMOS QUE PRESENTARNOS DELANTE DE SU PRESENCIA

(Salmos 84:10) Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.

(Salmos 100:4) Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre.

(Salmos 122:1) Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.

El Señor quiere que nos deleitamos en sus caminos, en su presencia, en la predicación de la palabra, en la alabanza, Él espera que acercarnos a él sea nuestra alegria y gozo, PERO LASTIMOSAMENTE PARA MUCHOS CRISTIANOS ESTO NO ES ASÍ (Malaquías 1:13) Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es esto! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Para ellos no es un DELEITE sino que es un FASTIDIO.

UN FASTIDIO es una sensación de MOLESTIA, IRRITACIÓN O ABURRIMIENTO que experimenta una persona frente a algo que le resulta DESAGRADABLE, MOLESTO O TEDIOSO.

III) PARA AGRADAR EL CORAZÓN DE DIOS TENEMOS QUE PERMANECER EN ÉL

(JUAN 15:7) Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

Agradamos el corazón de Dios cuando no solamente lo buscamos para recibir su ayuda, o para recibir una bendición, y luego nos apartamos de sus caminos, SINO QUE PERMANECEMOS EN ÉL, EN SUS CAMINOS, EN LA IGLESIA , por amor y por el agradecimiento de nuestro corazón.

Tenemos que comprender que NO PODEMOS AGRADAR A DIOS SI RETROCEDEMOS, SI NOS APARTAMOS (Hebreos 10:38) Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma.

Cuando permanecemos agradamos el corazón de Dios, porque SOLAMENTE PERMANECEN LOS QUE VERDADERAMENTE CONFÍAN EN ÉL (Salmos 125:1) Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no se mueve, sino que permanece para siempre.

Cuando permanecemos agradamos el corazón de Dios porque HEMOS COMPRENDIDO QUE EN NADIE MÁS PODEMOS ENCONTRAR LO QUE TENEMOS EN EN ÉL Y QUE NADIE MÁS PUEDE DARNOS LO QUE EL SEÑOR NOS DA (Juan 6:67-69) Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? 68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

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