¿POR QUÉ CELEBRAMOS LA SANTA CENA?

TEMA: ¿POR QUÉ CELEBRAMOS LA SANTA CENA?

TEXTO: LUCAS 22:14-20 Cuando era la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca! 16 Porque os digo que no la comeré más, hasta que se cumpla en el reino de Dios. 17 Y habiendo tomado la copa, dio gracias, y dijo: Tomad esto, y repartidlo entre vosotros; 18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de Dios venga. 19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20 De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.

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Una de las principales celebraciones eclesiásticas que como iglesia celebramos y de la cual todos deberíamos de participar con gozo y agradecimiento es la CENA DEL SEÑOR o la SANTA CENA.

Esta es una celebración que la iglesia ha practicado desde sus inicios para anunciar y proclamar al mundo el principal acontecimiento de la historia: LA MUERTE DE CRISTO (1 CORINTIOS 11:26) Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

¿POR QUÉ ES NECESARIO QUE LA IGLESIA ANUNCIE LA MUERTE DE CRISTO POR MEDIO DE LA SANTA CENA?

I) PARA RECORDARLE AL MUNDO QUE CRISTO ES EL CORDERO DE DIOS QUE MURIÓ EN LUGAR NUESTRO PARA DARNOS VIDA Y LIBERTAD

Es importante saber que la última cena del Señor se llevó a cabo en un dia muy especial para los judios, en la pascua (Lucas 22:7-8) Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. 8 Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.

En la pascua se recordaba el cordero que fue sacrificado para poner la sangre en el dintel de la puerta de la casa de todos los israelitas que estaban en Egipto, para que no muriera el primogénito de esa casa (Exodo 12:21-24) Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. 22 Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. 23 Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir. 24 Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre.

En la casa de toda familia israelita tenía que ser sacrificado el cordero y su sangre derramada para que el primogénito de esa casa no muriera, es decir, el cordero moría en lugar del primogénito, y esa noche que fue sacrificado el cordero de la pascua en cada casa, los israelitas salieron de Egipto, esa noche fue la noche de su libertad.

Cuando la iglesia se reúne a tomar la santa cena proclamamos que Cristo es nuestra pascua que fue sacrificado por nosotros y en lugar de nosotros (1 Corintios 5:7) Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

Él como cordero de Dios murió en lugar de nosotros para que tengamos vida eterna (1 Pedro 3:18) Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;

II) PARA RECORDARLE AL MUNDO QUE LA MUERTE DE CRISTO ES EL SACRIFICIO COMPLETO Y PERFECTO PARA LA SALVACIÓN Y EL PERDÓN DE NUESTROS PECADOS (HEBREOS 10:11-14) Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

En el antiguo pacto era necesario ofrecer continuamente sacrificios de animales para poder recibir el perdón de los pecados.

Pero el sacrificio de Cristo es el sacrificio completo y perfecto, pues él con su muerte en la cruz, por medio de su cuerpo y de su sangre:

  • Recibió el castigo que nosotros teníamos que recibir por causa de nuestro pecado (Isaías 53:5) Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
  • Pago el precio de nuestra redención eterna (Hebreos 9:12) y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
  • Cancelo completamente la deuda que por causa del pecado teníamos para con Dios que solamente podía ser pagada con la muerte del pecador y por medio de ese pago nosotros hoy podemos tener vida eterna. (Romanos 6:23) Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

III) PARA RECORDARLE AL MUNDO QUE EL SACRIFICIO DE CRISTO ES EL NUEVO PACTO EN SU SANGRE (1 Corintios 11:25) Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.

Toda persona en este mundo necesita entrar al nuevo pacto por medio de la sangre de Cristo para poder recibir salvación y vida eterna, no hay otra forma.

Hoy al celebrar la santa cena declaramos al mundo que el antiguo pacto hecho por Moisés por medio de la sangre de animales para cubrir el pecado ya quedó cancelado (Éxodo 24:5-8) Y envió jóvenes de los hijos de Israel, los cuales ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová. 6 Y Moisés tomó la mitad de la sangre, y la puso en tazones, y esparció la otra mitad de la sangre sobre el altar. 7 Y tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, el cual dijo: Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos. 8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas cosas.

Y que el nuevo pacto hecho por medio de su sangre, la cual nos limpia de todo pecado, nos da salvación y vida eterna (Hebreos 9:13-14) Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne, 14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?.

AL CELEBRAR LA SANTA CENA RECORDAMOS LAS PALABRAS MARAVILLOSAS DE JESÚS EN LA CRUZ: ¡CONSUMADO ES! (Juan 19:30) Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. La deuda está cancelada, la obra de la redención está completa y terminada por medio del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo.

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