TEMA: CUANDO EL SILENCIO DE DIOS LLEGA A NUESTRA VIDA 

TEXTO: LUCAS 1:11-20 Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto. 18 Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada. 19 Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

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En los textos que hemos leído encontramos la historia del anuncio del nacimiento de Juan el Bautista hecho por el ángel a su padre Zacarias.

En esta historia podemos encontrar algunos detalles muy importantes sobre la vida de Zacarías y de su esposa Elisabet, veamos algunos de esos detalles:

Eran una pareja de esposos que trataban de agradar a Dios con su vida, pues se nos dice que AMBOS ERAN IRREPRENSIBLES en los mandamientos y ordenanzas del Señor (vs 5-6) Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet. 6 Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

A pesar de ser una pareja de esposos que agradaban a Dios ellos no habían podido recibir la bendición de ser padres, pues Elisabet era estéril y eran ya de avanzada edad (vs 7) Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

ERAN PERSONAS DE ORACIÓN, pues el ángel le dijo a Zacarias que sus oraciones habían sido escuchadas por el Señor. Zacarias y su esposa oraban para que Dios le diera la bendición de tener un hijo

Zacarias era un sacerdote y cuando estaba sirviendo al Señor en el templo ofreciendo el incienso, el ángel Gabriel se le apareció y le dio un mensaje que debería haber traído mucha alegría al corazón de Zacarias: TU ORACIÓN HA SIDO OÍDA Y TU MUJER ELISABETH CONCEBIRÁ UN HIJO, y ese hijo sería un servidor de Dios, pues ese hijo sería quien prepararía el camino para la llegada del Mesías, ese hijo era Juan el Bautista (Vs 13-16) Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan. 14 Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento; 15 porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre. 16 Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos. 17 E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Pero lastimosamente cuando Zacarias recibió la noticia que venía de parte de Dios por medio del ángel, en lugar de dar gracias, en lugar de glorificar a Dios Zacarias dudó, y se preguntó cómo sería eso posible si él y su esposa eran ancianos de edad avanzada (Vs 18) Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Por no haber creído las palabras de Dios por medio del Ángel Gabriel, Zacarias quedó mudo, es decir, ZACARÍAS QUEDÓ EN SILENCIO POR HABER DUDADO DE LAS PALABRAS DE DIOS (Vs 19-20) Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas. 20 Y ahora quedarás mudo y no podrás hablar, hasta el día en que esto se haga, por cuanto no creíste mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo.

AHORA APLIQUEMOS ESTA HISTORIA A LA VIDA DE CADA UNO DE NOSOTROS

I) ¿CUÁNTO TIEMPO LLEVAMOS VIVIENDO EN EL SILENCIO DE DIOS?

(Salmos 13:1) ¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?

¿Hace cuánto tiempo que solamente oyes hablar a otros de las maravillas de Dios en sus vidas, pero nada pasa en tu vida? Escuchas testimonios de sanidades, de restauración familiar o restauración matrimonial, de provisión económica, etc. Pero tu milagro no llega, NO HAS PODIDO TESTIFICAR DE LAS MARAVILLAS DE DIOS EN TU VIDA.

¿CUÁNTO TIEMPO LLEVAS DE SER UN MUDO ESPIRITUAL? Eres un cristiano que asistes a los cultos de milagros, clamas por tu milagro, sirves con amor, pero nada pasa en tu vida.

¿POR QUÉ PASA ESTO EN NUESTRA VIDA’, ¿PORQUE NOSOTROS NO PODEMOS CONTAR LAS MARAVILLAS DE DIOS?

II) PORQUE NO CREEMOS EN LAS PALABRAS DE DIOS

(SANTIAGO 1:6-7) Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. 7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor.

Podemos ser cristianos que servimos en la iglesia, que somos constantes en los caminos de Dios, que tratamos de agradar a Dios con nuestra vida, pero en nuestra vida hay silencio espiritual PORQUE NO CREEMOS, PORQUE EN NUESTRO CORAZÓN HAY DUDA.

Si queremos ver la gloria de Dios manifestada en nuestra vida, si queremos recibir los milagros que anhelamos y necesitamos no solamente tenemos que ser servidores, no solamente tenemos que ser diáconos, líderes, pastores, miembros de una congregación, etc, TENEMOS QUE SER CREYENTES (Juan 20:27) Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

III) PORQUE PENSAMOS QUE DIOS SE HA OLVIDADO DE NOSOTROS

(ISAIAS 49:14-15) Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. 15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.

Seguramente Zacarias y su esposa Elisabeth habían orado desde su juventud por un hijo, y en su vejez quizás llegaron a pensar que Dios se había olvidado de su petición, que Dios se había olvidado de los anhelos de su corazón.

Pero cada vez que Zacarias escuchaba su propio nombre tenía que recordar que Dios no olvida, pues EL NOMBRE DE ZACARÍAS SIGNIFICA: A QUIEN DIOS RECUERDA.

Por medio de este mensaje Dios te dice: Yo no me he olvidado de tu petición, y no me he olvidado de tu oración, yo no me he olvidado de ti, solamente cree y espera, tus oraciones han sido oídas.

IV) PORQUE ESTAMOS PONIENDO LA MIRADA EN NUESTRAS LIMITANTES Y NO EN EL PODER DE DIOS

(LUCAS 1:18) Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Zacarias no podía creer que su oración sería contestada porque puso la mirada en su condición, en su edad y en la edad de su esposa.

No podremos hablar de las maravillas de Dios en nuestra vida si no podemos creer que no hay nada imposible para nuestro Dios, a pesar de nuestras limitaciones, físicas, económicas, materiales, etc. (Lucas 1:36-37) Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; 37 porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Tenemos que recordar que nuestro Dios pudo hacer que dos ancianos como Abraham de cien años y Sara de noventa años concibieran un hijo, el puede hacer cosas extraordinarias, SI PODEMOS CREER 

CONCLUSIÓN: El silencio de Dios no significa ausencia, abandono ni rechazo; muchas veces es el escenario perfecto donde Él prepara lo que nosotros no vemos. Así como Zacarías, podemos servir, orar y esperar… pero sin ver nada. Sin embargo, Dios sigue obrando aun cuando no escuchamos Su voz. Hoy el Señor nos recuerda: Su silencio nunca es olvido, sus promesas no dependen de nuestras limitaciones y sus respuestas llegan “a su tiempo”. El milagro que tanto anhelas puede estar más cerca de lo que imaginas, pero Dios espera algo de nosotros: creer, confiar y permanecer. Que este mensaje nos lleve a romper el silencio espiritual provocado por la duda y a vivir nuevamente con fe, con esperanza y con la seguridad de que Dios recuerda, Dios escucha y Dios responde.

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