TEMA: ¿QUÉ HAGO CON MI PECADO?
TEXTO: ROMANOS 3:23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,
Este versículo nos declara UNA VERDAD UNIVERSAL: TODOS SOMOS PECADORES.
El pecado ESTÁ EN NOSOTROS y toda persona que no quiera reconocer o aceptar esa verdad Bíblica SE ENGAÑA A SÍ MISMO (1 Juan 1:8) Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Si ya aceptamos y reconocemos que el pecado está en nosotros, entonces respondamos la pregunta: ¿QUÉ HACEMOS CON NUESTRO PECADO?
I) VEAMOS PRIMERAMENTE “LO QUE NO DEBEMOS HACER CON NUESTRO PECADO”
NO DEBEMOS MINIMIZARLO (Santiago 2:10) Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.
La palabra de Dios nos declara que aun los pecados que consideramos “PEQUEÑOS” pueden llevarnos a la condenación eterna (1 Corintios 6:9-10) Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.
NO DEBEMOS OCULTARLO (Proverbios 28:13) “El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.
Pecados ocultos se refiere a faltas o pecados que posiblemente no son visibles para otros, pero sí para Dios.
Los “pecados ocultos” son un peligro porque NOS ENGAÑAMOS CREYENDO QUE NADIE LOS VE, pero en realidad NOS ALEJAN DE DIOS Y CONTAMINAN NUESTRO INTERIOR.
NO DEBEMOS NEGOCIAR CON ÉL (COLOSENSES 3:5-6) Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; 6 cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia,
Este versículo nos enseña que no debemos negociar con el pecado! ¡LO DEBEMOS HACER MORIR!
¿DE QUÉ FORMA NEGOCIAMOS CON EL PECADO?
Cuando buscamos justificar lo que Dios ya condenó: “No es tan grave”, “Todos lo hacen…”
Cuando posponemos nuestra obediencia a Dios: “Lo dejaré despues”, “Todavía no es el momento”, “Primero quiero disfrutar un poco”
Cuando le damos “pequeñas” oportunidades : “Solo esta vez”, “No pasa nada”, “Dios me entiende”
Cuando en lugar de huir, coqueteamos con el peligro espiritual: “Yo ´puedo manejarlo”, “No voy a caer”, “Solo estoy ahí, pero no lo hago”
Cuando reemplazamos obediencia y arrepentimiento con religiosidad: “Voy a la iglesia”, “Leo la Biblia”, “Estoy sirviendo, eso compensa”
II) ¿QUÉ DEBEMOS HACER ENTONCES CON NUESTRO PECADO?
DEBEMOS TRAERLO AL SEÑOR (ISAÍAS 1:18) Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Solamente el Señor puede perdonar nuestro pecado, solamente él puede limpiarnos de toda maldad por medio de su sangre (1 Juan 1:7) pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Tenemos que comprender que traer nuestro pecado a los religiosos de nada sirve, pues ninguna religión, ninguna secta, ninguna denominación, puede perdonar pecados (Mateo 27:3-4) Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, 4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!
DEBEMOS CONFESARLO DELANTE DE DIOS (1 JUAN 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Tenemos que comprender que el pecado es UNA OFENSA CONTRA DIOS es literalmente “Errar al blanco” es decir, fallar en hacer su voluntad, fallar en cumplir sus mandamientos y fallar en vivir conforme a sus principios.
ESA OFENSA DEBE SER PERDONADA para poder estar en paz con Dios, y la única forma de ser perdonados es CONFESANDO NUESTRO PECADO AL SEÑOR.
Cuando confesamos nuestro pecado y recibimos su perdón somos JUSTIFICADOS y eso nos permite tener paz con Dios (Romanos 5:1) justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
DEBEMOS ABANDONARLO Y NO VOLVER A ÉL (Isaías 55:7) Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia.
Para poder hacer eso necesitamos ARREPENTIMIENTO, ya que solamente el verdadero arrepentimiento produce un giro en la vida.
En la Biblia la palabra en griego para arrepentimiento es METANOIA la cual significa:
- Reconocer el pecado.
- Cambiar la manera de pensar acerca de él (ya no justificarlo, sino verlo como Dios lo ve).
- Tomar la decisión de ABANDONARLO y vivir conforme a la voluntad de Dios.
Sin arrepentimiento verdadero pronto volvemos a someternos al pecado para que nos esclavice (2 Pedro 2:22) Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
CONCLUSIÓN: El pecado no es un juego ni algo que se pueda minimizar o negociar. Cada uno de nosotros, siendo pecador por naturaleza, necesita traer su pecado ante Dios, confesarlo, recibir perdón y permitir que Él transforme nuestro corazón. No basta solo sentir remordimiento: debemos abandonar el pecado y vivir en arrepentimiento genuino. Solo así tendremos paz con Dios y no volveremos a quedar atrapados por la misma ofensa.
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