¿POR QUÉ NO REPARAS LAS GRIETAS DE TU TEMPLO?

¿POR QUÉ NO REPARAS LAS GRIETAS DE TU TEMPLO?

TEXTO: 2 REYES 12:4-8 Y Joás dijo a los sacerdotes: Todo el dinero consagrado que se suele traer a la casa de Jehová, el dinero del rescate de cada persona según está estipulado, y todo el dinero que cada uno de su propia voluntad trae a la casa de Jehová, 5 recíbanlo los sacerdotes, cada uno de mano de sus familiares, y reparen los portillos del templo dondequiera que se hallen grietas. 6 Pero en el año veintitrés del rey Joás aún no habían reparado los sacerdotes las grietas del templo. 7 Llamó entonces el rey Joás al sumo sacerdote Joiada y a los sacerdotes, y les dijo: ¿Por qué no reparáis las grietas del templo? Ahora, pues, no toméis más el dinero de vuestros familiares, sino dadlo para reparar las grietas del templo. 8 Y los sacerdotes consintieron en no tomar más dinero del pueblo, ni tener el cargo de reparar las grietas del templo.

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En los versículos que hemos leído vemos como el rey Joás de Judá se dio cuenta que el templo del Señor estaba descuidado, ya que se habían formado grietas en las paredes, y tomo una buena decisión: INVERTIR EL DINERO QUE SE RECIBÍA EN EL TEMPLO PARA REPARAR TODAS LAS GRIETAS.

Pero habian pasado ya varios años y las grietas no se habian reparado, y por eso el rey les hizo una pregunta que también debe resonar en la vida de cada uno de nosotros (Vs 7) “…¿POR QUÉ NO REPARÁIS LAS GRIETAS DEL TEMPLO?..”

VEAMOS LA DEFINICIÓN DE “GRIETA” A NIVEL MATERIAL: una grieta es una abertura, hendidura o fisura que se forma cuando algo sólido se rompe o se parte parcialmente. Puede aparecer en una pared, un muro, un piso, un recipiente de barro, una represa, etc.

VEAMOS LA DEFINICIÓN DE “GRIETA” A NIVEL ESPIRITUAL: A nivel espiritual, una grieta es una área débil, rota o descuidada en nuestra vida interior, por donde: Se escapa bendición, es decir, se pierde lo que Dios nos da y Entra contaminación, pecado, pensamientos negativos,dudas, etc.

La palabra de Dios nos declara que AHORA CADA UNO DE NOSOTROS SOMOS EL TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO (1 Corintios 3:16) ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?.

(1 Corintios 6:19) ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?.

Y es por eso que es tan importante no descuidar las grietas que hay en nuestro templo, es decir, en nuestra vida y en nuestra relación con Dios.

Muchos de nosotros no hemos reparado esas grietas porque no las reconocemos en nuestra vida, PERO HOY POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS VAMOS A RECONOCER CUÁLES SON ALGUNAS DE ESAS GRIETAS QUE DEBEMOS REPARAR EN NUESTRO TEMPLO:

I) LA GRIETA DEL ENFRIAMIENTO ESPIRITUAL

(APOCALIPSIS 2:4) Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.

Verdaderamente esta es la grieta que todos los cristianos debemos primeramente evitar que aparezca en nuestra vida, pues esa grieta aparece en nuestra vida por una razón: DESCUIDO DE LAS COSAS DE DIOS EN NUESTRA VIDA.

Esa grieta comienza a aparecer cuando poco a poco nos vamos descuidando de nuestra relación con Dios, poco a poco vamos siendo indiferentes al Señor pues dejamos de orar, dejamos de leer su palabra todo los días, y dejamos de congregarnos con constancia.

Y eso hace que nos volvamos CRISTIANOS TIBIOS que no son agradables al Señor (Apocalipsis 3:15-16) Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.

¿COMO PODEMOS REPARAR EN NUESTRA VIDA LA GRIETA DEL ENFRIAMIENTO ESPIRITUAL? (Apocalipsis 2:5) Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

Tenemos que arrepentirnos de corazón de nuestra actitud de indiferencia y descuido hacia nuestro Dios, pero no basta con solamente arrepentirnos, tenemos que VOLVER A LAS PRIMERAS OBRAS tenemos que volver al primer amor, tenemos que comenzar de nuevo a desarrollar nuestra relación con Dios.

II) LA GRIETA DE LA FALTA DE PERDÓN Y EL RESENTIMIENTO

(Efesios 4:26-27) Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.

La palabra de Dios NUNCA NOS DICE QUE NO DEBEMOS ENOJARNOS O QUE NADA NOS PUEDE MOLESTAR O DESAGRADAR pues todos en algún momento podemos enojarnos por algo, podemos sentirnos molestos con alguien, o puede haber alguna actitud que nos desagrade.

Lo que la palabra de Dios si nos dice es que NO DEBEMOS PERMITIR QUE ESE ENOJO, ESA MOLESTIA O ESE DESAGRADO SE CONVIERTA EN RESENTIMIENTO por la falta de perdón.

Como lo vemos en los versículos que hemos leído, la falta de perdón, es decir, dejar que el sol se ponga sobre nuestro enojo, ES UNA GRIETA EN NUESTRA VIDA QUE LE DA LUGAR AL DIABLO.

Por esa grieta de la falta de perdón crecen raíces de amargura que contaminan nuestra mente y nuestro corazón y nos hacen contaminar a otros con nuestras actitudes de amargura (Hebreos 12:15) Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;

¿COMO PODEMOS REPARAR LA GRIETA DE LA FALTA DE PERDÓN? Tenemos que buscar CON DILIGENCIA la unidad y la paz con nuestros prójimos y principalmente con nuestra familia (Efesios 4:3) solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz;

Ese vínculo de la paz solamente se puede restaurar por medio DEL PERDÓN (Colosenses 3:13) soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

PARA REPARAR ESA GRIETA TENEMOS QUE TOMAR NOSOTROS LA INICIATIVA (Romanos 12:18) Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

FRASE: “El perdón no cambia el pasado, pero sana la grieta que puede destruir tu futuro.”

III) LA GRIETA DE LOS PECADOS QUE MANTENEMOS ESCONDIDOS

(PROVERBIOS 28:13) El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Un pecado escondido u oculto es UN ÁREA DE DESOBEDIENCIA O IMPUREZA QUE UNA PERSONA DECIDE GUARDAR EN SECRETO. Puede ser un hábito, un pensamiento, un vicio, una práctica pecaminosa.

Tenemos que saber que AUNQUE NADIE LO VEA, DIOS SÍ LO VE (Hebreos 4:13) Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. y esa área que procuramos mantener en oculto se convierte en una grieta por donde: Se escapa la bendición, Se filtran más tentaciones, Se rompe la comunión con Dios.

Podemos ver que un muro con una grieta deja pasar filtraciones de agua que con el tiempo debilitan toda la estructura, de la misma manera, UN PECADO ESCONDIDO PERMITE QUE EL ENEMIGO ENTRE Y CORROMPA EL CORAZÓN POCO A POCO.

El peligro de esa grieta en nuestra vida es que EL PECADO OCULTO NOS CONTAMINA Y CORROMPE EN SILENCIO, lo que no se confiesa delante del Señor se vuelve infección espiritual.

¿COMO PODEMOS REPARAR ESA GRIETA? Comprendiendo que nuestro Dios quiere sacar a luz lo escondido, no para avergonzar, sino para limpiar, restaurar y reparar esa grieta Y POR ESO NECESITAMOS CONFESAR NUESTRO PECADO PARA PODER SER SANADOS Y LIBERADOS (1 Juan 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

CONCLUSIÓN: Dios nos ha hablado claramente: las grietas de nuestro templo espiritual no se reparan solas. Igual que el templo físico de Jerusalén necesitaba manos dispuestas y corazones obedientes, así nuestra vida necesita decisión, humildad y obediencia. El Señor nos muestra que el enfriamiento espiritual, la falta de perdón y los pecados ocultos son grietas que permiten que se escape Su bendición y se filtre el enemigo. Pero Dios es fiel y justo para limpiar toda grieta si hoy decidimos confesar, perdonar, restaurar y volver a nuestro primer amor. No dejes pasar otro año como los sacerdotes en tiempos de Joás. Hoy es el día para reparar tu templo, cerrar grietas y dejar que la gloria de Dios llene cada área de tu vida.

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