UNA RECETA QUE SI FUNCIONA

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TEMA: UNA RECETA QUE SI FUNCIONA

TEXTO 2 REYES 5:1-8 Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. 2 Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán. 3 Esta dijo a su señora: Si rogase mi señor al profeta que está en Samaria, él lo sanaría de su lepra. 4 Entrando Naamán a su señor, le relató diciendo: Así y así ha dicho una muchacha que es de la tierra de Israel. 5 Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 6 Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. 7 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí. 8 Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel.

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Cuando una persona es diagnosticada con una enfermedad grave o incurable y luego es sanada, la pregunta más común es: “¿CÓMO LO LOGRASTE?”. Todos quieren saber cuál fue el tratamiento, la medicina o el método utilizado, con la esperanza de aplicarlo en su propia vida.

Aunque como bien afirman los médicos, cada tratamiento es individual. Lo que funciona para una persona puede no ser efectivo para otra.

Pero en la historia de Naamán encontramos UNA RECETA QUE SÍ FUNCIONA PARA TODOS, pues la historia de la sanidad de Naaman nos deja PRINCIPIOS ESPIRITUALES APLICABLES A CUALQUIER PROBLEMA DE LA VIDA.

Pero primeramente veamos LO QUE NO FUNCIONÓ EN LA VIDA DE NAAMÁN:

Antes de descubrir la receta que produjo su sanidad, es importante reconocer los recursos en los que Naamán confiaba y que al final no dieron resultado.

SU POSICIÓN Y AUTORIDAD NO LE DIERON LA SOLUCIÓN (Vs 1a) NAAMÁN, GENERAL DEL EJÉRCITO DEL REY DE SIRIA, ERA VARÓN GRANDE DELANTE DE SU SEÑOR, y lo tenía en alta estima, porque por medio de él había dado Jehová salvación a Siria. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. Naamán era un hombre de gran influencia, un comandante respetado en el ejército sirio. Sin embargo, su rango y prestigio no le brindaron la respuesta a su problema.Hay circunstancias en la vida en las que la posición social, el estatus académico o el poder económico no son suficientes para obtener la solución que necesitamos.

SU RELACIÓN CERCANA CON EL REY DE ASIRIA NO LE AYUDÓ PARA TENER SANIDAD (Vs1b) Naamán, general del ejército del rey de Siria, era varón grande delante de su señor, Y LO TENÍA EN ALTA ESTIMA, PORQUE POR MEDIO DE ÉL HABÍA DADO JEHOVÁ SALVACIÓN A SIRIA. Era este hombre valeroso en extremo, pero leproso. Naamán era altamente estimado por el rey de Siria. Sin embargo, su conexión con la realeza no le sirvió de nada en esta crisis. Las relaciones y contactos pueden ser valiosos en ciertas circunstancias, pero hay momentos en los que ni los más cercanos pueden hacer algo por nosotros. Verdaderamente en esas circunstancias sólamente Dios tiene el poder de intervenir.

LAS RIQUEZAS NO FUERON LA RESPUESTA EN SU ENFERMEDAD  (Vs 5-7) Y le dijo el rey de Siria: Anda, ve, y yo enviaré cartas al rey de Israel. Salió, pues, él, llevando consigo diez talentos de plata, y seis mil piezas de oro, y diez mudas de vestidos. 6 Tomó también cartas para el rey de Israel, que decían así: Cuando lleguen a ti estas cartas, sabe por ellas que yo envío a ti mi siervo Naamán, para que lo sanes de su lepra. 7 Luego que el rey de Israel leyó las cartas, rasgó sus vestidos, y dijo: ¿Soy yo Dios, que mate y dé vida, para que este envíe a mí a que sane un hombre de su lepra? Considerad ahora, y ved cómo busca ocasión contra mí. El rey de Siria envió una gran cantidad de dinero con la esperanza de comprar la sanidad de Naamán, pero quedó demostrado que la sanidad de Naaman no dependía de recursos materiales.El dinero puede financiar tratamientos médicos, pero no garantiza la salud ni la paz. Existen situaciones en la vida donde solo la intervención divina puede traer la verdadera restauración.

AHORA VEAMOS EN LA PALABRA DE DIOS CUÁL ES LA RECETA QUE SI FUNCIONA PARA TODOS:

I) PRIMERO: BUSCAR A DIOS

( 2 REYES 5:8-10) Cuando Eliseo el varón de Dios oyó que el rey de Israel había rasgado sus vestidos, envió a decir al rey: ¿Por qué has rasgado tus vestidos? Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel. 9 Y vino Naamán con sus caballos y con su carro, y se paró a las puertas de la casa de Eliseo. 10 Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio.

Naamán fue a la casa del profeta Eliseo, él representaba la voz del Dios de Israel. Es decir que su sanidad no dependía del rey ni de ningún otro medio humano, sino DE LA INTERVENCIÓN DIRECTA DE DIOS.

El problema es que muchas veces nosotros BUSCAMOS LA SOLUCIÓN EN EL LUGAR EQUIVOCADO. Naamán primero recurrió a su rey, pero solo cuando se dirigió al profeta encontró la verdadera respuesta.

Buscar a Dios debe ser algo personal. Naamán no envió un mensajero en su lugar, sino que él mismo fue en busca de su sanidad. De igual manera, cada persona debe acercarse a Dios individualmente para experimentar su intervención en su vida (Amós 5:4) Pero así dice Jehová a la casa de Israel: Buscadme, y viviréis;

II) SEGUNDO: HUMILLARSE ANTE DIOS

(2 REYES 5:11-13) Entonces Eliseo le envió un mensajero, diciendo: Ve y lávate siete veces en el Jordán, y tu carne se te restaurará, y serás limpio. 11 Y Naamán se fue enojado, diciendo: He aquí yo decía para mí: Saldrá él luego, y estando en pie invocará el nombre de Jehová su Dios, y alzará su mano y tocará el lugar, y sanará la lepra. 12 Abana y Farfar, ríos de Damasco, ¿no son mejores que todas las aguas de Israel? Si me lavare en ellos, ¿no seré también limpio? Y se volvió, y se fue enojado. 13 Mas sus criados se le acercaron y le hablaron diciendo: Padre mío, si el profeta te mandara alguna gran cosa, ¿no la harías? ¿Cuánto más, diciéndote: Lávate, y serás limpio?

Cuando Naaman recibió las instrucciones del profeta reaccionó con enojo y menosprecio. Esperaba que Eliseo lo recibiera personalmente y realizará un acto extraordinario de sanidad. Además, consideraba que los ríos de su tierra eran superiores al río Jordán.

Pero sus criados lo hicieron reflexionar. Solo cuando pudo dejar su orgullo a un lado y obedecer con humildad fue que recibió su milagro. Posiblemente eso es lo que Dios quiere ver en nuestro corazón pues muchos de nosotros estamos acostumbrados a que las cosas se hagan a nuestra  manera, pero Dios exige que nos sometamos a Su voluntad (Miqueas 6:8) Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.

III) TERCERO: CREER Y OBEDECER

(2 REYES 5:14) Él entonces descendió, y se zambulló siete veces en el Jordán, conforme a la palabra del varón de Dios; y su carne se volvió como la carne de un niño, y quedó limpio.

Naamán no solo creyó en la palabra del profeta, sino que la obedeció. Se sumergió en el Jordán siete veces, tal como se le había indicado, y fue sanado.

Tenemos que comprender que CREER ES FUNDAMENTAL, PERO DIOS TAMBIÉN REQUIERE ACCIÓN. La fe se manifiesta a través de la obediencia.

Lo que el profeta le dijo a Naamán que tenía que hacer para ser sano puede representar aquellos acciones de obediencia que Dios nos ha pedido que hagamos:

Perdonar a quienes nos han herido.

Pedir perdón cuando hemos fallado.

Aceptar su llamado

Abandonar hábitos que nos alejan de Él.

CONCLUSIÓN: Naamán encontró su sanidad cuando dejó de confiar en su posición, sus influencias y su dinero, y decidió buscar a Dios con humildad y obediencia. LA MISMA RECETA SIGUE VIGENTE HOY PARA CADA UNO DE NOSOTROS.


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