RECUPERANDO EL RUMBO DE NUESTRA FAMILIA

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TEMA: RECUPERANDO EL RUMBO DE NUESTRA FAMILIA

TEXTO: JOB 6:18 Se apartan de la senda de su rumbo, Van menguando, y se pierden.

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Tomamos este día las palabras con las cuales Job reprocha a sus amigos pues en este corto versículo podemos encontrar algunas palabras que reflejan lo que está pasando en muchas familias cristianas: SE APARTAN DE LA SENDA DE SU RUMBO, y comienzan a menguar en su relación y al final se terminan perdiendo.

El Señor quiere que seamos familias victoriosas pero perdimos el rumbo y por eso parece que todo es en vano, parece que siempre fracasamos cuando queremos arreglar nuestros problemas, y parece que ya no hay esperanza para salvar nuestro hogar, que ya no hay esperanza para restaurar nuestra familia.

Pero tenemos que comprender una verdad muy importante: AUNQUE ESTEMOS PERDIDOS NUESTRA ESPERANZA Y NUESTRA AYUDA VIENE DE DIOS (Oseas 13:9) Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda. Pero si queremos recuperar el rumbo de nuestra familia y poder ser una familia victoriosa y bendecida es necesario hacernos una pregunta muy importante:  ¿DONDE NOS PERDIMOS?   

La respuesta a esta pregunta es que EL PECADO NOS HA DESVIADO DEL CAMINO DE LA BENDICIÓN Y DE LA VICTORIA (Isaías 59:1-3) He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.

EL PECADO DE ADULTERIO (Proverbios 6:32-33) Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento;Corrompe su alma el que tal hace. 33 Heridas y vergüenza hallará, Y su afrenta nunca será borrada.

EL PECADO DE SOBERBIA (Abdías 1:3) La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima morada; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra?

EL PECADO DE LA AUTOSUFICIENCIA (Jeremías 2:13) Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

EL PECADO DE LA REBELDÍA Y DE LA DESOBEDIENCIA (Jeremías 3:22) Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios.

EL PECADO DEL RESENTIMIENTO Y NEGARNOS A PERDONAR (Efesios 4:26-27) Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo.

EL PECADO DEL MATERIALISMO (1 Timoteo 6:10) porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

Ahora respondamos ¿CÓMO PODEMOS RECUPERAR EL CAMINO PARA SER FAMILIAS VICTORIOSAS Y BENDECIDAS? (LAMENTACIONES 3:39-41) ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado. 40 Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; 41 Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;

I) PRIMER PASO: SEAMOS HUMILDES Y RECONOZCAMOS NUESTROS ERRORES Y EL DAÑO QUE LE HEMOS CAUSADO A NUESTRA FAMILIA

(VS 39) ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Laméntese el hombre en su pecado.

No podemos recuperar él rumbo correcto de nuestra vida si no tenemos la humildad para reconocer que nos hemos equivocado.

En lugar de solamente quejarnos, lamentarnos y enojarnos por los problemas que hay en nuestro hogar, por los pleitos, por la falta de paz, por la escasez que estamos enfrentando, por los pleitos entre padres e hijos, etc lo que tenemos que hacer es aceptar nuestra responsabilidad y reconocer que muchos de los problemas que tenemos hoy en nuestra familia es POR CAUSA DE NUESTRAS MALAS DECISIONES.

FRASE: «No llores por los escombros si fuiste tú quien golpeó con el mazo.»

FRASE: «Antes de enojarte por los muros agrietados de tu hogar, mira primero el martillo en tu propia mano.»

II) SEGUNDO PASO: VOLVAMOS NUESTRO CORAZÓN A DIOS

(VS 40-41) Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová; 41 Levantemos nuestros corazones y manos a Dios en los cielos;

Si YA FUIMOS HUMILDES PARA ACEPTAR NUESTROS ERRORES y reconocer que nos hemos desviado o perdido del camino de la paz y de la bendición de nuestra familia también tenemos que SER SABIOS PARA VOLVER AL CAMINO CORRECTO.

Volver al camino correcto significa volver nuestro corazón al Señor, buscar su ayuda, buscar su presencia en nuestra vida, pues nuestro Señor Jesucristo es EL CAMINO (Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Tenemos que reconocer que nos perdemos cuando nuestro corazón se aleja del Señor (Mateo 15:8) Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.

Es por eso que tenemos volver NUESTRO CORAZÓN verdaderamente a nuestro Dios (Zacarías 1:3) Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos.

III) TERCER PASO: MOSTREMOS CON ACCIONES EL AMOR QUE LE TENEMOS A NUESTRA FAMILIA

(1 Juan 3:18) Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

Como lo hemos dicho en otras predicaciones y lo sabemos muy bien: EL VERDADERO CAMBIO NO ES SOLAMENTE DEJAR DE HACER LO MALO, SINO TAMBIÉN COMENZAR A HACER LO BUENO PARA NUESTRA FAMILIA (Isaías 1:16-17) Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Tenemos que comprender que no basta con solamente las palabras o las intenciones, tenemos que MOSTRAR AMOR CON NUESTRAS ACCIONES mostrar con nuestras acciones que ya no queremos seguir dañando nuestra familia sino que de verdad queremos reconstruir nuestro hogar, que de verdad queremos recuperar el amor de nuestros hijos o el amor de nuestro cónyuge.

FRASE: “En vez de lamentar los daños, es hora de soltar el martillo y empezar a reconstruir con amor y humildad.»

CONCLUSIÓN: Recuperar el rumbo de nuestra familia requiere humildad para reconocer nuestros errores, sabiduría para volvernos a Dios y compromiso para demostrar amor con acciones. No basta con lamentarnos por los problemas, sino que debemos asumir nuestra responsabilidad y cambiar nuestra actitud. Solo volviendo a Dios y restaurando con amor lo que hemos dañado podremos ser una familia victoriosa y bendecida.


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