¡YA VINO LA LUZ!

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TEMA: ¡YA VINO LA LUZ!

TEXTO: JUAN 1:9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

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En nuestros hogares cuando no hay energía eléctrica, surgen muchos problemas, principalmente por la falta de luz, pero todo cambia cuando se oye en casa el grito, principalmente de los niños: ¡YA VINO LA LUZ! ¡Ahí todo vuelve a la vida! VERDADERAMENTE HABLANDO, LA LUZ HACE UNA GRAN DIFERENCIA EN NUESTRAS VIDAS.

Hablando espiritualmente, LA LUZ YA VINO. Esa luz verdadera vino por medio de Jesús, JESÚS ES LA LUZ VERDADERA que vino para alumbrar a todos los que vivíamos en las tinieblas del pecado.

Este dia vamos a reflexionar sobre esa frase ¡YA VINO LA LUZ! ¿Qué significa para la humanidad que la luz ya vino?

I) LA LUZ VINO PARA QUE YA NO NOS LASTIMEMOS AL CAMINAR POR LA VIDA 

(Proverbios 4:19) El camino de los impíos es como la oscuridad; No saben en qué tropiezan.

Qué difícil es caminar en tinieblas, podemos caernos, podemos lastimarnos con las cosas que están en nuestro camino y que no podemos ver. No sabemos en qué nos tropezamos.

Cuando caminamos en tinieblas, podemos sufrir caídas peligrosas, incluso mortales. Podemos apoyar nuestro pie en algo que nos lastime.

Así andan muchas personas por la vida: tropezando y cayendo constantemente. Por eso, la vida de muchos es una historia de tropiezos, de levantarse y volver a caer en lo mismo o en algo peor.

Es por eso que muchos de nosotros por andar caminando en tinieblas, llegamos a Cristo muy destruidos (Isaías 1:6) Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite.

Mientras más nos tardemos en venir a la luz de Cristo, más destruida estará nuestra vida, mientras insistamos en seguir caminando en tinieblas mas nos vamos a lastimar (Job 12:25) Van a tientas, como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como borrachos.

Pero EL CAMINO DE LOS HIJOS DE DIOS ESTÁ ILUMINADO por la luz que Cristo trae a nuestras vidas (Juan 8:12) Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

II) LA LUZ VINO PARA QUE PODAMOS ORDENAR EL DESORDEN QUE TENÍAMOS EN NUESTRA VIDA

(GÉNESIS 1:1-3) En el principio creó Dios los cielos y la tierra. 2 Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. 3 Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Es interesante reflexionar que cuando la tierra estaba desordenada y vacía, Dios no comenzó a ordenarla ni a llenarla de su creación. LO PRIMERO QUE HIZO FUE QUITAR LAS TINIEBLAS POR MEDIO DE LA LUZ.

Es decir, lo primero que se necesita para poder ordenar es: ¡Luz!

Antes de que Cristo viniera a nuestro corazón, nuestra vida era un desorden: moral, espiritual, sexual, económico, sentimental, etc.

Muchos nos acostumbramos tanto al desorden en nuestras vidas que ya no lo notábamos. Creíamos que eso era «gozar la vida», pero cuando la luz de Cristo vino a nuestras vidas, nos dimos cuenta de lo desordenada que estaba nuestra existencia.

Para ordenar la casa, es decir, nuestra vida, lo primero que hizo el Señor fue traer luz a nuestro corazón (Mateo 5:15) Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Por medio de la luz de Cristo nos dimos cuenta de que nuestra vida estaba llena de pecado por todos los rincones: suciedad de lujuria, envidia, y placeres desordenados, QUE SIN TENER LA LUZ DE CRISTO NUNCA HABRÍAMOS PODIDO LIMPIAR NI ORDENAR.

III) LA LUZ VINOS PARA PODER ENCONTRAR LO QUE HABÍAMOS PERDIDO

(LUCAS 15:8) ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?

¿Quién puede encontrar algo perdido en la oscuridad? ¡Nadie! Es prácticamente imposible.

Para buscar lo que hemos perdido, tal como nos muestra el versículo que hemos leído, lo primero que necesitamos es: ¡Luz!

Esa dracma perdida puede representar muchas cosas en nuestra vida: la felicidad, la armonía familiar, el amor en el matrimonio, la paz en nuestro corazón, etc.

Muchos de nosotros dábamos todo eso por perdido, hasta que la luz de Cristo vino a nuestras vidas y nos permitió encontrar, por medio de su luz, todo lo que para nosotros estaba perdido. Hoy nos sentimos con un gozo que nadie puede apagar (Lucas 15:9) Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he encontrado la dracma que había perdido.

IV) PERO LASTIMOSAMENTE A PESAR QUE LA LUZ YA VINO, MUCHOS QUIEREN SEGUIR VIVIENDO EN TINIEBLAS Y POR ESO  TERMINAN EN CONDENACIÓN

(JUAN 3:19) Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

La luz que es Cristo vino a este mundo para traernos salvación y vida eterna, para sacarnos de las tinieblas de pecado, de vicios, de adicciones, de amargura, de odios, de resentimientos en las que vivíamos.

Pero lastimosamente muchas personas aman las tinieblas y no quieren salir de ellas por eso rechazan a Cristo, para poder seguir viviendo en las tinieblas de pecado que al final los llevará a la condenación eterna.

Toda persona que no tiene a Cristo en su corazón anda en tinieblas de muerte y de condenación, SOLAMENTE CRISTO NOS SACA DE LAS TINIEBLAS Y PONE EN NOSOTROS LA LUZ DE LA VIDA (Juan 8:12) Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

CONCLUSIÓN: La luz de Cristo ha venido a iluminar cada aspecto de nuestra vida. No solo nos ayuda a caminar sin tropezar, sino que también nos permite ver el desorden en el que estábamos, encontrar lo que habíamos perdido y asegurarnos de que nunca más andemos perdidos. Jesús es la luz que transforma, restaura y guía. Su luz es la que da dirección a nuestras vidas, y gracias a ella, podemos vivir con esperanza y propósito. Hoy podemos proclamar con gozo: ¡Ya vino la luz! Que nunca más volvamos a caminar en las tinieblas, sino en la luz gloriosa de Cristo.


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