ESTUDIO CARTA A LOS ROMANOS, FUNDAMENTOS DE LA VIDA CRISTIANA XI PARTE: LOS VERDADEROS ISRAELITAS Y EL PLAN REDENTOR
TEXTO: ROMANOS 9:1-5 Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
Este día continuamos con el estudio de la carta a los romanos y hoy vamos a estudiar uno de los capítulos en los cuales el apóstol Pablo desarrolla temas de una gran profundidad teológica como la soberanía de Dios, la elección de Israel y el control soberano de Dios sobre la salvación de la humanidad.
VEAMOS CADA UNO DE ESTOS TEMAS Y ANALICEMOLOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE NUESTRO DIOS:
I) PRIMER TEMA: EVANGELISMO, EL DOLOR DE PABLO POR ISRAEL
(ROMANOS 9: 1-5) Verdad digo en Cristo, no miento, y mi conciencia me da testimonio en el Espíritu Santo, 2 que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón. 3 Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; 4 que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas; 5 de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén.
En estos textos el apóstol Pablo expresa su profundo dolor y lamento por la incredulidad de Israel. A pesar de ser el pueblo elegido, han rechazado al Mesías, y Pablo incluso estaría dispuesto a ser “ANATEMA” es decir, separado de Cristo si eso pudiera salvar a sus hermanos.
Verdaderamente el apóstol Pablo refleja el corazón que la iglesia debe tener por los perdidos, NO PODEMOS SER INDIFERENTES CON LA SALVACIÓN DE NUESTROS PRÓJIMOS y primeramente los de nuestra propia familia.
Nuestro Señor Jesucristo en sus ascensión al cielo nos hizo un llamado a comenzar a predicar su palabra primeramente con los más cercanos a nosotros, es decir, PRIMERAMENTE NUESTRA FAMILIA (Hechos 1:8) pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
Cuando cada uno de nosotros creimos y confesamos a Jesucristo como nuestro Señor y salvador de nuestra vida recibimos una garantía por medio de la palabra de Dios (Hechos 16:31) Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Pero tenemos que saber que para que esa garantía sea una realidad TENEMOS QUE PREDICAR EL EVANGELIO A NUESTRA FAMILIA (Hechos 16:32-33) Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33 Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos.
Ese dolor del apóstol Pablo hacia sus hermanos Israelitas debe ser un llamado a cada uno de nosotros para TOMAR ACCIÓN para predicar el evangelio pues como cristianos no podemos tener “EL ESPIRITU DE CAIN” es decir no reconocer nuestra responsabilidad hacia nuestros hermanos sabiendo que van a condenación (Génesis 4:9-10) Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra.
Es importante reconocer NUESTRA RESPONSABILIDAD ANTE DIOS de predicar el evangelio de salvación (Ezequiel 3:18) Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
El Señor nos hace un llamado a cada uno de nosotros de reconocer que NO HAY TIEMPO QUE PERDER PARA PREDICAR EL EVANGELIO, EL MUNDO ESTÁ LISTO PARA ESCUCHAR EL EVANGELIO DE SALVACIÓN (Juan 4:34-36) Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. 35 ¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega. 36 Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna, para que el que siembra goce juntamente con el que siega.
II) SEGUNDO TEMA: ¿HA FALLADO LA PROMESA DE DIOS CON ISRAEL? Y ¿HA FALLADO EL PLAN REDENTOR DE DIOS CON LA HUMANIDAD?
(ROMANOS 9:6-13) No que la palabra de Dios haya fallado; porque no todos los que descienden de Israel son israelitas, 7 ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes. 9 Porque la palabra de la promesa es esta: Por este tiempo vendré, y Sara tendrá un hijo. 10 Y no solo esto, sino también cuando Rebeca concibió de uno, de Isaac nuestro padre 11 (pues no habían aún nacido, ni habían hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme a la elección permaneciese, no por las obras sino por el que llama), 12 se le dijo: El mayor servirá al menor. 13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
En estos textos el apóstol Pablo desarrolla el tema doloroso para él de la incredulidad de Israel, y por medio de ellos responde un pregunta muy importante:
¿HA FALLADO LA PROMESA DE DIOS HACIA ISRAEL YA QUE MUCHOS JUDÍOS NO HAN ACEPTADO EL EVANGELIO? La respuesta de Pablo es un rotundo «NO». El apóstol explica que el plan de Dios no ha fracasado, sino que HA SIDO MALENTENDIDO POR LOS JUDIOS.
LOS JUDIOS CREÍAN QUE ERAN HEREDEROS DIRECTOS DEL REINO DE LOS CIELOS POR SER DESCENDIENTES DIRECTOS DE ABRAHAM, pero nuestro Señor Jesucristo les dejó claro que esto no era así como lo vemos en los evangelios (Juan 8:39-45) Respondieron y le dijeron: Nuestro padre es Abraham. Jesús les dijo: Si fueseis hijos de Abraham, las obras de Abraham haríais. 40 Pero ahora procuráis matarme a mí, hombre que os he hablado la verdad, la cual he oído de Dios; no hizo esto Abraham.
(Mateo 3:8-9) Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Pablo deja claro que la incredulidad de muchos judíos no significa que la promesa de Dios haya fallado. La clave está en que como dice el versículo 6: «No todos los que descienden de Israel son israelitas». La elección de Dios para salvación no está basada en la descendencia física, sino en la fe de aquellos que CREEN EN LA PROMESA DE DIOS (Vs 7-8) ni por ser descendientes de Abraham, son todos hijos; sino: En Isaac te será llamada descendencia. 8 Esto es: No los que son hijos según la carne son los hijos de Dios, sino que los que son hijos según la promesa son contados como descendientes.
Tenemos que recordar que el mensaje del Evangelio predicado por Pablo se centra en la justificación por la fe, no por las obras de la ley. LOS VERDADEROS ISRAELITAS, ENTONCES, SON AQUELLOS QUE HAN ENTENDIDO QUE LA SALVACIÓN ES UN REGALO DE DIOS QUE SE RECIBE POR MEDIO DE LA FE EN CRISTO, NO POR CUMPLIR CON LA LEY MOSAICA. En la carta a los Galatas Pablo dice algo muy importante (Gálatas 3:7) Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham». Esto subraya que los verdaderos descendientes espirituales de Abraham son los que viven por fe.
Es decir que los verdaderos israelitas, según la enseñanza de Pablo, son aquellos que han puesto su fe en Jesucristo, el cumplimiento de la promesa de Dios. LOS JUDIOS NOS HABÍAN COMPRENDIDO QUE NO SE TRATA DE UNA DESCENDENCIA FÍSICA O BIOLÓGICA, SINO DE UNA RELACIÓN ESPIRITUAL CON DIOS POR MEDIO DE LA FE EN CRISTO. Así, tanto judíos como gentiles que creen en el Evangelio de Jesucristo forman parte de un nuevo pueblo, un pueblo redimido por Dios llamado IGLESIA.
En el libro de Génesis podemos ver que La promesa de Dios a Abraham incluía que a través de su descendencia “SU SIMIENTE” todas las naciones de la tierra serían bendecidas;
(Génesis 22:18) EN TU SIMIENTE serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz.
(Génesis 26:4) Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas EN TU SIMIENTE,
Nuestro Dios nos revela por medio del apóstol Pablo que esta «SIMIENTE» no se refiere simplemente a todos los descendientes de Abraham, sino a una persona en particular: NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO (Gálatas 3:16) Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.
Es decir que CRISTO ES LA SIMIENTE que cumple la promesa de bendición para todas las naciones dada a Abraham. Jesús, como el Mesías, es el medio por el cual Dios trae la bendición de salvación a todas las naciones (Gálatas 3:14) para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.
Pablo deja claro en este capítulo que LOS VERDADEROS ISRAELITAS SON AQUELLOS QUE HAN PUESTO SU FE EN JESUCRISTO pues él es el cumplimiento de la promesa de Dios. Jesús es el Mesías prometido, y aquellos que creen en Él son los verdaderos hijos de la promesa. Esto esta basado en el hecho de que Cristo es la simiente de Abraham y todos los que están en Cristo, sean judíos o gentiles, son contados como descendientes espirituales de Abraham (Gálatas 3:29) Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.
¿HA FALLADO EL PLAN REDENTOR DE DIOS CON LA HUMANIDAD YA QUE NO TODOS HAN SIDO SALVOS?
LA RESPUESTA A ESTA PREGUNTA TAMBIÉN ES UN ROTUNDO “NO” pues en la predicación del Evangelio, es importante comprender que el plan redentor de Dios no ha fracasado a pesar del rechazo de muchos. La incredulidad de algunas personas no significa que la promesa de salvación de nuestro Dios haya sido invalidada (Romanos 3:3) ¿Pues qué, si algunos de ellos han sido incrédulos? ¿Su incredulidad habrá hecho nula la fidelidad de Dios?
A pesar del rechazo de muchas personas al evangelio debemos tener claro que el plan redentor de Dios no ha fallado, sino que las personas, en su incredulidad, han rechazado su gracia. Al igual que en los días de Pablo, hoy muchos rechazan el Evangelio, pero esto no significa que Dios haya fallado. Su plan redentor sigue vigente y sigue salvando a todos los que creen.
DIOS QUIERE SALVAR A TODOS (1 Timoteo 2:4) el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.
PERO MUCHOS HAN DECIDIDO RECHAZARLO Y POR ESO VIENE LA CONDENACIÓN (Juan 3:19) Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
EN EL PRÓXIMO ESTUDIO SEGUIREMOS REFLEXIONANDO EN LAS PROFUNDAS ENSEÑANZAS QUE ENCONTRAMOS EN EL CAPÍTULO NUEVE DE ROMANOS….
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