ENCUENTROS EXTRAORDINARIOS EN EL POZO DE LA VIDA

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TEMA: ENCUENTROS EXTRAORDINARIOS EN EL POZO DE LA VIDA

TEXTO: GÉNESIS 29:1-11 Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo. 3 Y juntaban allí todos los rebaños; y revolvían la piedra de la boca del pozo, y abrevaban las ovejas, y volvían la piedra sobre la boca del pozo a su lugar. 4 Y les dijo Jacob: Hermanos míos, ¿de dónde sois? Y ellos respondieron: De Harán somos. 5 Él les dijo: ¿Conocéis a Labán hijo de Nacor? Y ellos dijeron: Sí, le conocemos. 6 Y él les dijo: ¿Está bien? Y ellos dijeron: Bien, y he aquí Raquel su hija viene con las ovejas. 7 Y él dijo: He aquí es aún muy de día; no es tiempo todavía de recoger el ganado; abrevad las ovejas, e id a apacentarlas. 8 Y ellos respondieron: No podemos, hasta que se junten todos los rebaños, y remuevan la piedra de la boca del pozo, para que abrevemos las ovejas. 9 Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. 10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre. 11 Y Jacob besó a Raquel, y alzó su voz y lloró.

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En estos versículos se nos narra la historia del momento en el cual Jacob, el hijo de Isaac y nieto de Abraham, tuvo un encuentro extraordinario con la mujer que llegaría a ser su esposa, ese encuentro se dio junto a un pozo que tenía una pesada piedra que lo cubría, y  en esta historia podemos encontrar algunos detalles muy importantes que tienen enseñanzas poderosas para nuestra vida.

I) EN ESE POZO JACOB VIO UNA MUJER QUE NECESITABA AYUDA PARA MOVER UNA PIEDRA MUY PESADA QUE ELLA SOLA NO PODRÍA MOVER

(VS 1-2) Siguió luego Jacob su camino, y fue a la tierra de los orientales. 2 Y miró, y vio un pozo en el campo; y he aquí tres rebaños de ovejas que yacían cerca de él, porque de aquel pozo abrevaban los ganados; y había una gran piedra sobre la boca del pozo.

En estos lugares el agua era muy escasa, por eso la cuidaban mucho, es por eso que los pozos se protegían poniendo sobre ellos piedras grandes y pesadas para evitar que el agua pudiera ensuciarse y que fuera difícil de moverlas para que no todos tuvieran acceso al agua.

Entre todos los pastores que llegaban al pozo llegó una mujer con sus ovejas, era Raquel, y ella sola no podía mover la piedra para dar de beber a su rebaño.

Jacob hizo algo que lo convierte en más que simplemente una buena persona, sino en alguien que refleja el verdadero amor de Dios, pues ofreció su ayuda sin que se lo pidieran, JACOB QUITÓ LA PIEDRA PARA RAQUEL, ella no pidió ayuda, pero él lo hizo de manera voluntaria. (Vs 9-10) Mientras él aún hablaba con ellos, Raquel vino con el rebaño de su padre, porque ella era la pastora. 10 Y sucedió que cuando Jacob vio a Raquel, hija de Labán hermano de su madre, y las ovejas de Labán el hermano de su madre, se acercó Jacob y removió la piedra de la boca del pozo, y abrevó el rebaño de Labán hermano de su madre.

Tenemos que saber que ese encuentro NO FUE CASUALIDAD, Dios permitió que Jacob llegara a ese lugar porque el Señor hizo que ese pozo se convirtiera en el LUGAR DE UN ENCUENTRO MARAVILLOSO entre Jacob y la mujer que llegaría a ser su esposa (Vs 18-20) Y Jacob amó a Raquel, y dijo: Yo te serviré siete años por Raquel tu hija menor. 19 Y Labán respondió: Mejor es que te la dé a ti, y no que la dé a otro hombre; quédate conmigo. 20 Así sirvió Jacob por Raquel siete años; y le parecieron como pocos días, porque la amaba.

AHORA, AVANCEMOS DOS MIL AÑOS DESPUÉS DE JACOB Y VEAMOS OTRO ENCUENTRO EXTRAORDINARIO EN EL POZO.

II) EN EL POZO DE JACOB JESÚS VIO UNA MUJER QUE TRAÍA UNA CARGA EN SU VIDA QUE NADIE LE PODÍA QUITAR

(JUAN 4:3-10) salió de Judea, y se fue otra vez a Galilea. 4 Y le era necesario pasar por Samaria. 5 Vino, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, junto a la heredad que Jacob dio a su hijo José. 6 Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta. 7 Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. 8 Pues sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar de comer. 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

Jesús hizo algo que normalmente ningún judio hacía, pasar por Samaria, pero a él “LE ERA NECESARIO PASAR POR SAMARIA” él tenía que estar ahí, en un pozo llamado el pozo de Jacob, pues a ese lugar llegaria una mujer que necesitaba su ayuda, que necesitaba su gracia y su perdón.

El pozo de jacob se convirtió en el lugar de UN ENCUENTRO MARAVILLOSO ENTRE JESÚS Y UNA MUJER CARGADA DE PECADO (Vs 15-19) La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. 16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá. 17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido; 18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad. 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

Podemos ver que esa mujer samaritana de Sicar tenía verdaderamente una condición moral deteriorada, una vida espiritual vacía pues los Samaritanos adoraban también dioses paganos, y vivía en una situación social complicada debido a que seguramente sufria el rechazo de su comunidad. Pero lo maravilloso es que a pesar de esto, JESÚS SE ACERCÓ A ELLA PARA MOSTRAR EL AMOR DE DIOS Y SU GRACIA.

Ese encuentro NO FUE CASUALIDAD pues después de ese encuentro extraordinario esa mujer que era conocida por ser la mujer “De los cinco maridos” se convirtió en alguien que llevó el evangelio y la salvación a los habitantes de su ciudad (Vs 39-42) Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40 Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Cristo.

AHORA AVANCEMOS DOS MIL AÑOS DESPUÉS DEL ENCUENTRO ENTRE JESÚS Y LA MUJER SAMARITANA.

III) PARA NOSOTROS ESE POZO PUEDE SER TODO AQUELLO QUE DIOS HA USADO PARA TENER UN ENCUENTRO EXTRAORDINARIO QUE TRANSFORME NUESTRA VIDA 

(OSEAS 5:15) Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.

Como lo hemos visto en las historias anteriores, NADA HA SIDO CASUALIDAD DE LO QUE HA PASADO EN TU VIDA, el Señor ha querido tener un encuentro extraordinario contigo. ¿PUEDES RECONOCER EL POZO DE TU VIDA HOY? Es decir, todo lo que Dios está utilizando para darte su ayuda, para poder quitar la carga de tu corazón.

Jesús sabe que tenemos cargas que nadie puede quitar de nuestra vida: Cargas de culpabilidad, de amargura, de preocupación, de temor, etc

Y nuestro Señor SABE QUE SEGURAMENTE NO PEDIREMOS AYUDA Y NOS SENTIMOS AGOBIADOS, pues venimos a la iglesia y oramos por sanidad, por provisión laboral, pero no clamamos por las cargas que llevamos en nuestro corazón que nadie nos puede quitar y es por eso que HOY NOS OFRECE SU MISERICORDIA (Isaías 54:10) Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti.

El Señor no está hoy aquí para juzgarte, él está para ti para darte su mano, para darte su ayuda, para quitar la carga de tu corazón (Isaías 54:4-5) No temas, pues no serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. 5 Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado.

HOY EL SEÑOR NOS HACE UN LLAMADO: (Mateo 11:28) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

CONCLUSIÓN: El pozo en la vida de Jacob y el pozo de Sicar son escenarios de encuentros transformadores que reflejan el amor y la gracia de Dios. Jacob, moviendo la piedra para ayudar a Raquel, y Jesús, ofreciendo agua viva a la mujer samaritana, muestran cómo Dios usa circunstancias aparentemente ordinarias para realizar cambios extraordinarios en nuestras vidas. En nuestra vida cristiana, los «pozos» representan los momentos y lugares donde Dios nos ofrece ayuda y transforma nuestras cargas en bendiciones. Hoy, Dios está dispuesto a encontrarse contigo en cualquier «pozo» de tu vida, ofreciéndote su amor, misericordia y ayuda.


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