MINISTROS DEL PODER DE DIOS.

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TEMA: MINISTROS DEL PODER DE DIOS.

TEXTO: MARCOS 16:17-18 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

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Como cristianos tenemos recursos que el Señor ha dejado para que los usemos para bendición de nuestra vida, de nuestra familia, y de la familia del Señor que es la iglesia.

Lastimosamente muchos, o la mayoría, de cristianos creen que estos recursos del Reino de los cielos solamente están disponibles para algunos y no para todos, pero la palabra de Dios nos dice que NOSOTROS PODEMOS MINISTRAR EL PODER DE NUESTRO DIOS A OTROS.

Definamos primeramente ¿QUE SIGNIFICA MINISTRAR EL PODER DE DIOS? Ministrar el poder de Dios significa ser UN CANAL a través del cual el poder y la presencia de Dios se manifiestan en la vida de las personas, implica ser UN INSTRUMENTO a través del cual Dios puede actuar en el mundo.

¿PODEMOS NOSOTROS SER MINISTROS DEL PODER DE DIOS? Veamos lo que nos enseña la palabra de nuestro Dios.

I) SI PODEMOS, PORQUE EL SEÑOR HA DEJADO ESTAS SEÑALES PARA MOSTRAR LA AUTORIDAD Y EL PODER DE DIOS ACTUANDO POR MEDIO DE SU PUEBLO

(VS 17a) Y estas señales seguirán a los que creen,

UNA SEÑAL ES UNA MUESTRA O UNA MANIFESTACIÓN DEL PODER DE DIOS interviniendo en este mundo a favor de su pueblo para que su nombre sea glorificado y a favor de personas del mundo que no lo han recibido para que sean salvas.

La palabra de Dios nos muestra que por medio de los apóstoles y de los primeros cristianos fueron hechas grandes señales, es decir, fueron ministros del poder de Dios.

Hechos 2:43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.

Hechos 6:8 Y Esteban, lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el pueblo.

Hechos 8:5-7 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. 7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían estos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;

Es importante reconocer que todas estas señales son hechas por medio de su pueblo, pero la gloria, la honra y la alabanza no es para NINGUNO DE NOSOTROS, sino ÚNICAMENTE PARA NUESTRO DIOS.

II) SI PODEMOS, PORQUE LA CLAVE ES CREER PARA QUE ESTAS SEÑALES SEAN REALIDAD POR MEDIO DE NUESTRA VIDA

(MARCOS 16:17-18) Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Es maravilloso ver que el Señor dejó claro que estas señales seguirán a los que creen, primeramente a los que han creído en él como Señor y salvador de sus vidas, y a los que creen y confían en el poder de nuestro Dios.

Esto significa que ser ministro del poder de Dios no depende de nuestro conocimiento teológico, o de nuestro conocimiento Bíblico, de nuestro cargo en la iglesia, o de nuestro título eclesiastico, SINO DE NUESTRA FE.

En cualquier situación de angustia podemos ser INSTRUMENTOS DE DIOS PARA BENDICIÓN DE OTRAS PERSONAS, pues nosotros tenemos algo que es superior a todo en este mundo: EL PODER DE NUESTRO DIOS (Hechos 3:1-9) Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. 2 Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. 3 Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. 4 Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. 5 Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. 6 Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. 7 Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; 8 y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. 9 Y todo el pueblo le vio andar y alabar a Dios.

Tenemos que comprender que no se trata de saber orar bonito, de saber decir palabras elocuentes, o de cuanto gritamos para orar, se trata de CREER EN EL PODER DE DIOS, NO SOLAMENTE SABER QUE ÉL PUEDE, SINO CONFIAR QUE ÉL HARÁ (1 Corintios 4:20) Porque el reino de Dios no consiste en palabras, sino en poder.

III) SI PODEMOS MINISTRAR EL PODER DE DIOS A PESAR DE NUESTRAS DEBILIDADES HUMANAS

(SANTIAGO 5:17-18) Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

Este texto nos declara que el profeta Elias era un hombre que tenía una gran relación con el Señor, pero era un ser humano común con debilidades, pasiones y pecados iguales a las de cualquier persona.

Es decir que nosotros a pesar de nuestras debilidades podemos ser MINISTROS DEL PODER DE DIOS por medio de nuestra comunión con Dios, orando con Fe, confiando en el poder y la autoridad de nuestro Dios y DEJANDO QUE EL SEÑOR NOS USE COMO INSTRUMENTOS DE BENDICIÓN PARA OTROS, ¿ESTAMOS DISPUESTOS?

CONCLUSIÓN: Como cristianos, estamos llamados a ser ministros del poder de Dios, manifestando Su autoridad y presencia en la vida de las personas. No se trata de nuestra capacidad o posición, sino de nuestra fe y disposición para ser usados como instrumentos de Su poder. A través de nosotros, Dios puede hacer grandes señales y maravillas, demostrando Su amor y poder tanto a los creyentes como a los no creyentes.


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