TEMA: SEÑALES DE ENFRIAMIENTO ESPIRITUAL
TEXTO: 2 TIMOTEO 1:6
La hipotermia es el descenso de la temperatura corporal por debajo de los 35°C, pero lo peligroso de la hipotermia es que no aparece de inmediato, sino que se da de forma tan gradual que la persona posiblemente no se dará cuenta que la esta sufriendo hasta que ya es muy tarde.
En la espiritualidad pasa exactamente lo mismo, el enfriamiento espiritual no es algo que se da inmediatamente, sino que es algo que poco a poco va ocurriendo en nuestra vida, por lo cual muchos cristianos no nos damos cuenta de que, aunque estamos congregándonos en una iglesia, aunque somos servidores de los ministerios de la iglesia, o aunque seamos líderes, diáconos o hasta pastores de una iglesia, podemos estar en un proceso de enfriamiento espiritual y no lo hemos reconocido.
Es por eso por lo que el apóstol Pablo le recomendó a Timoteo que no permitiera el enfriamiento en su vida, pues nadie esta exento de llegar a experimentarlo, sino que avivara el fuego del don de Dios que estaba en él.
Nosotros como cristianos tenemos que tomar este consejo para nuestra propia vida y lo primero que tenemos que hacer para avivar el fuego es reconocer el enfriamiento de nuestra vida espiritual:
¿Cómo podemos reconocerlo en nosotros mismos?
- POR LA FORMA COMO VIVIMOS EN NUESTRO HOGAR Y COMO TRATAMOS A NUESTRA FAMILIA (SALMO 101:2)
- La forma como vivimos en nuestro hogar en la confianza de nuestra familia es un buen termómetro para evaluar nuestra vida espiritual.
- Así como en la iglesia somos cristianos íntegros, ¿mantenemos en casa la integridad de nuestro cristianismo? ¿O somos personas que somos cristianos en la iglesia y mundanos en la casa?
- La respuesta sincera a esta pregunta nos permitirá reconocer si hay enfriamiento espiritual en nuestra relación con Dios.
- LA PEREZA Y DESGANO POR LAS DISCIPLINAS ESPIRITUALES (PROVERBIOS 24:30-32)
- Al igual que el hombre perezoso que ha dejado que su cerca de piedra se destruya, así muchos cristianos hemos descuidado nuestra propia cerca de piedra espiritual, es decir nuestro devocional personal, nuestro tiempo de intimidad con Dios, por medio de la lectura Bíblica y la oración.
- Esto significa que otras cosas nos están cautivando, que otras cosas nos están absorbiendo el tiempo que antes le dedicábamos a relacionarnos con nuestro Dios.
III) AUMENTO DE NUESTRAS QUEJAS Y DISMINUCION DE NUESTRO AGRADECIMIENTO (NUMEROS 14:1-3)
- Tenía razones el pueblo de Israel para estar agradecido con Dios en ese momento de su historia? Por supuesto que sí, habían sido rescatados de la esclavitud de Egipto con mano poderosa, Dios les había dado mana para comer, Dios les estaba guiando a la tierra que fluía leche y miel, pero en lugar de agradecimiento en su boca siempre había queja.
- Seguramente en el desierto había mucho calor, pero sus corazones estaban fríos para con Dios.
- En nuestra vida ¿Tienes motivos para estar agradecido? Seguramente tenemos muchos motivos para dar gracias, pero posiblemente en nuestra boca al igual que el pueblo de Israel lo que hay son quejas.
- Esa amargura, esas continuas quejas, son un síntoma que nos estamos enfriando espiritualmente, pues un corazón que tiene vivo el fuego del don de Dios siempre encuentra motivos para agradecer y adorar a Dios aun en medio de la dificultad.
- SENTIRNOS SOBRECARGADOS Y CANSADOS (MATEO 11:28)
- Muchas veces hasta nuestros ministerios que tanto amamos se pueden volver algo cansado y podemos llegar a sentir que son una carga para nuestra vida, y muchas veces no es que esos ministerios o ese servicio no sea la voluntad de Dios, sino que el problema es que no estamos atendiendo el llamado de nuestro Señor Jesucristo, no estamos viniendo a él, estamos llevando las cargas de nuestro ministerio y de nuestra vida solos, con nuestras propias fuerzas.
- El enfriamiento espiritual viene al no buscar la comunión con nuestro Dios, y cuando no buscamos estar con el Señor, poco a poco las cargas de la vida nos harán sentir cansados, sobrecargados y poco a poco vendrá el desanimo y la frustración.
- Avivemos el fuego y renovemos nuestras fuerzas en Dios (Isaías 40:29)
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