TEMA: LO QUE NO PUEDE FALTAR EN NUESTRAS ORACIONES
TEXTO: SANTIAGO 5:16
INTRODUCCION
Estamos comenzando el año y seguramente uno de nuestros propósitos como hijos de Dios es mejorar nuestra vida de oración, pues sabemos que la oración es algo vital para todo cristiano.
En el texto que hemos leído encontramos una palabra muy importante: EFICAZ, es decir que produce el efecto esperado.
PRIMERAMENTE, TENEMOS QUE COMPRENDER QUE LO PRIMERO QUE NO PUEDE FALTAR ES LA FE (MARCOS 11:24) orar sin fe son palabras vanas, una oración sin fe no agrada a Dios, porque sin fe es imposible agradar a Dios (hebreos 11:6)
- NO PUEDE FALTAR LA CONFESION DE NUESTROS PECADOS (1 JUAN 1:9) Cada vez que oramos tenemos que confesar nuestros pecados al Señor con humildad, confiados en su perdón y su gracia sobre nuestra vida.
- NO PUEDE FALTAR LA ALABANZA (1 CRONICAS 29:10-13) La alabanza es reconocer la grandeza de nuestro Dios, por medio de la alabanza podemos reconocer verdaderamente que Dios es mas grande que nuestros problemas y necesidades, que Dios es mas poderoso que cualquier enemigo, alabar a Dios es no solamente para agradar a Dios sino también para que nuestra fe se fortalezca reconociendo el poder y la grandeza de nuestro Padre Celestial.
- NO PUEDE FALTAR LA ACCION DE GRACIAS (1 TESALONICENSES 5:18) No se trata de preguntarnos ¿Por qué puedo dar gracias? La palabra de Dios es clara: ¡debemos dar gracias por todo!!, aun en los momentos de necesidad y enfermedad, tenemos que dar gracias porque Dios tiene cuidado de nosotros, agradecer es la llave de la bendición para nuestra vida.
- NO PUEDE FALTAR LA INTERCESIÓN (1 TIMOTEO 2:1) Nuestras oraciones no pueden ser egoístas, nuestras oraciones tienen que reflejar el amor a nuestro prójimo, cuando oramos no podemos ser indiferentes a las necesidades de los demás, debemos orar por otros, debemos orar por las necesidades de los demás.
- NO PUEDEN FALTAR NUESTRAS PETICIONES A DIOS (FILIPENSES 4:6) Dios conoce lo que necesitamos, pero el quiere que nosotros tengamos la fe y la confianza de pedirle a el como un hijo le pide a su padre, el Señor no quiere que nos afanemos ni que nos angustiemos, sino que pongamos nuestras peticiones en sus manos por medio de la oración.
