¿QUÉ HARÁS CON LA PALABRA?

TEMA: ¿QUÉ HARÁS CON LA PALABRA?

TEXTO: HEBREOS 4:12 Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

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Cada vez que venimos a la iglesia recibimos algo maravilloso y poderoso en nuestra vida: LA PALABRA DE DIOS, esa palabra ES VIVA, no es letra muerta, nos instruye, nos llena, nos edifica, nos ilumina, nos transforma, nos habla directamente a nuestra vida, y también esa palabra ES EFICAZ, es decir, funciona, tiene poder para cumplir el propósito de Dios en nuestra vida.

Podemos darnos cuenta que en cada sermón, en cada mensaje de la palabra de Dios que se nos predica muchos dicen “Amén” , “Gloria a Dios” “Habla Padre”, etc… Nos gusta escuchar buenos sermones, nos gusta que la palabra nos exhorte, que nos confronte, SOMOS BUENOS OIDORES pero la palabra de Dios nos invita a ir más allá, a no ser solamente buenos oidores sino que seamos HACEDORES DE LA PALABRA (Santiago 1:22) Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.

Tenemos que comprender que DE NADA SIRVE QUE NOS GUSTE UNA PREDICACIÓN SI NO ESTAMOS DISPUESTOS A OBEDECER lo que Dios habló directamente a nuestra vida (Ezequiel 33:31-32) Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. 32 Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra.

Podemos darnos cuenta que escuchar es importante, pero OBEDECER ES LO QUE VERDADERAMENTE MARCA LA DIFERENCIA entre una vida estancada y una vida transformada.

FRASE: “La Palabra que solo se escucha se olvida, pero la Palabra que se obedece transforma.”

VEAMOS POR MEDIO DE LA PALABRA DE DIOS QUE ES LO QUE DEBEMOS HACER CON EL MENSAJE QUE RECIBIMOS DE PARTE DEL SEÑOR PARA NUESTRA VIDA:

(LUCAS 8:11-15) Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan. 14 La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. 15 Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

I) NO PERMITAS QUE ROBEN DE TU CORAZÓN EL MENSAJE DE DIOS Y LA DECISIÓN QUE HAS TOMADO EN BASE A ESE MENSAJE

(LUCAS 8:11-12) Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven.

La palabra de Dios llega a nuestra mente y a nuestro corazón, y esa palabra lleva un mensaje directo de parte del Señor para nuestra vida, y en base a ese mensaje tomamos decisiones sobre lo que debemos hacer, lo que debemos cambiar, lo que debemos cortar, etc.

Es por eso que debemos cuidar ese mensaje y la decisión que hemos tomado, porque el enemigo tratará de arrancar de nuestra vida ese mensaje y esa decisión y para eso usará personas que con sus críticas, con sus burlas, con su incredulidad pueden hacer que el mensaje se vuelva esteril o infructuoso.

II) PARA QUE LA PALABRA DE DIOS PUEDA DAR FRUTO TENEMOS QUE ECHAR RAÍCES  

(LUCAS 8:13) Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan.

Si hemos recibido la palabra de Dios en nuestra vida, si el mensaje del Señor ha sido claro y directo para nosotros, tenemos que tomar la decisión de permanecer, de ECHAR RAÍCES .

¿PERO QUÉ SIGNIFICA ECHAR RAÍCES? Nos habla de nuestra comunión personal y privada con Dios. Las raíces en una planta es lo que le dan estabilidad y fijeza PERO NO SE MIRAN.

de la misma forma la raíz de la vida cristiana es LO QUE NO SE VE de nuestra relación con Dios, nuestra comunión íntima con el Señor (Mateo 6:6) Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

Lo mejor que podemos hacer con la palabra es HACERLA FRUCTIFICAR por medio de nuestra comunión personal con Dios todos los días.

III) CON LA PALABRA RECIBIDA TENEMOS QUE TOMAR UNA DECISIÓN FIRME Y VALIENTE

(LUCAS 8:14) La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.

En este versículo podemos encontrar una de las principales decisiones FIRMES Y VALIENTES que como cristianos debemos tomar para que la palabra recibida nos transforme y pueda cumplir el propósito de Dios en nuestra vida, ¿cual es esta decisión? CUESTE LO QUE CUESTE NO APARTARNOS.

Si queremos verdaderamente que la palabra recibida pueda dar fruto en nosotros NO DEBEMOS PERMITIR QUE LOS NI LOS AFANES, NI LAS RIQUEZAS NI LOS PLACERES DEL MUNDO NOS VUELVAN INDIFERENTES AL MENSAJE DE DIOS EN NUESTRA VIDA.

Tenemos que procurar que nuestro corazón sea BUENA TIERRA para que la palabra de Dios pueda fructificar, para que el mensaje recibido de parte de Dios por medio de su palabra pueda cumplir TODO SU PROPÓSITO en nuestra vida. (Lucas 8:15) Mas la que cayó en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia.

CONCLUSIÓN: La Palabra de Dios no es solo un mensaje que escuchamos; es una semilla viva que necesita ser cultivada en nuestro corazón. No basta con decir “Amén” y salir de la iglesia; debemos protegerla, echar raíces profundas y tomar decisiones firmes para que pueda dar fruto. Que cada mensaje recibido transforme nuestra vida, fortalezca nuestra fe y nos lleve a la obediencia diaria. La verdadera diferencia entre un cristiano que crece y uno que se estanca está en lo que hacemos con la Palabra que Dios nos entrega.

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