TEMA: APRENDAMOS A DEPENDER DE DIOS
TEXTO: ESDRAS 8:21-23 Y publiqué ayuno allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes. 22 Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan. 23 Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.
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La Biblia nos llama a depender de Dios en todo (Proverbios 3:5-6) Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. 6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
A diferencia de depender de los hombres o de las persoans, LA DEPENDENCIA DE DIOS NUNCA FALLA y nos fortalece, nos llena de confianza para enfrentar dificultades de la vida.
En el texto que hemos leído, APRENDEMOS UNA GRAN LECCIÓN DE DEPENDENCIA TOTAL A NUESTRO DIOS, por parte del sacerdote Esdras, una lección que nos debe servir de gran ejemplo en nuestro cristianismo.
VEAMOS EL CONTEXTO: (ESDRAS 7:12-16) rtajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. 13 Por mí es dada orden que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya. 14 Porque de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado a visitar a Judea y a Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano; 15 y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalén, 16 y toda la plata y el oro que halles en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que voluntariamente ofrecieren para la casa de su Dios, la cual está en Jerusalén.
En el año 538 ac, el rey Ciro dio la orden que los judíos que se encontraran en babilonia podían volver a su tierra, Esdras comandaba uno de esos grupos que volvería para restaurar el templo y comenzar nuevamente la adoración a Jehová
El rey entregó a esdras todos los utensilios de oro, que Nabucodonosor había llevado a Babilonia y la ofrenda de oro y plata que el rey daba para el Señor, es decir, era un tesoro muy grande el que tenía que llevar a Jerusalén.
EL VIAJE DE REGRESO ERA SUMAMENTE PELIGROSO, lleno de bandas armadas, de asaltantes, que eran un verdadero peligro no solo para lo material que llevaban sino también para las personas que lo acompañaban, pero a pesar de esos peligros Esdras tomó una decisión de dependencia total a su Dios: NO PEDIR AYUDA AL REY
NO PIDIÓ AYUDA AL REY POR DOS RAZONES QUE NOSOTROS LOS CRISTIANOS DEL SIGLO XXI DEBEMOS PONER EN PRACTICA TAMBIEN:
I) PORQUE LE DIO VERGÜENZA MINIMIZAR EL NOMBRE Y EL PODER DE DIOS
(ESDRAS 8:22) Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.
Esdras había hablado maravillas de Dios con el rey, había dicho que la mano de su Dios era para bien para los que le buscan, por lo que no quería entrar a pedir al rey tropas que lo protegieran en el camino, pues eso haría quedar mal o minimizaría el poder de Dios y el nombre de su Dios delante del rey.
Cuánto tenemos que aprender de esa actitud de Esdras nosotros los cristianos, pues decimos que nuestro Dios es omnipotente, pero después hasta pedimos prestado dinero para la cena, hablamos que nuestro Dios es sanador pero luego andamos pidiendo prestado el dinero de la medicina a un inconverso.
SI QUEREMOS APRENDER A DEPENDER DE DIOS TENEMOS QUE DECIR BASTA YA DE HACER QUEDAR EL MAL EL PODEROSO NOMBRE DE NUESTRO DIOS.
II) NO PIDIÓ AYUDA PORQUE COMPRENDIÓ QUE DIOS ES MÁS QUE SUFICIENTE EN NUESTRA VIDA
(ESDRAS 8:23) Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio.
En lugar de poner en mal el nombre de su Dios Esdras decidió, USAR LAS ARMAS ESPIRITUALES y depender totalmente de Dios, por eso ayunó, oró, y Dios fue propicio a su oración.
Para aprender a depender totalmente de Dios SE NECESITAN DECISIONES VALIENTES, es decir, aprender a decir no a nuestro temor, decir no a nuestra incredulidad, decir no a nuestra impaciencia y aprender a esperar en Dios (Salmo 40:1-2) Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.
No es fácil esperar pacientemente en Dios cuando nos encontramos en el pozo lleno de lodo cenagoso, pues nos estamos hundiendo, pero tenemos la certeza que si dependemos de él NUNCA NOS DEJARÁ.
III) DIOS HONRA A QUIENES LO HONRAN Y RESPALDA A QUIENES DEPENDEN COMPLETAMENTE DE ÉL
(ESDRAS 8:30-32) Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa de nuestro Dios. 31 Y partimos del río Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino. 32 Y llegamos a Jerusalén, y reposamos allí tres días.
Como lo dicen los versículos Dios fue propicio al clamor de su público, pues podemos ver que NO HUBO NINGÚN ASALTO EN EL CAMINO, y no fue porque no hubieran ladrones, sino PORQUE EL SEÑOR ESTABA CON ELLOS.
SI APRENDEMOS A DEPENDER DE DIOS, NADA NOS HARÁ FALTA EN LA VIDA.
CONCLUSIÓN: Aprender a depender de Dios no es una opción, es una necesidad para quienes queremos vivir una vida cristiana de victoria. Esdras nos enseña que confiar en Dios es mucho más que palabras: es tomar decisiones valientes que honren Su nombre, usar las armas espirituales en lugar de apoyarnos en la fuerza humana, y esperar pacientemente en Él aun en medio de la dificultad. Cuando dependemos totalmente del Señor, Él se glorifica en nuestras vidas, nos libra del mal y nos conduce con seguridad por el camino. Hoy más que nunca necesitamos dejar de depender de nuestras propias fuerzas y confiar plenamente en nuestro Dios, porque Él nunca falla.
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