¡NO TE DEJES CONTAGIAR CON EL VIRUS!

TEMA: ¡NO TE DEJES CONTAGIAR CON EL VIRUS!

 

TEXTO: ISAIAS 8:11-12

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INTRODUCCION

 

En la actualidad estamos viviendo tiempos muy difíciles pues él mundo está siendo afectado por un virus altamente contagioso, él coronavirus o Covid19, por ejemplo en mi país El Salvador nos encontramos en cuarentena completa durante 21 días, porque es una realidad que este virus ha venido causado ya muchas muertes a nivel mundial y tenemos que ser sabios y atender todas las medidas de prevención para así evitar mas contagios y mas muertes. 

 

Pero este dia quiero hablar de otro virus que está afectando a millones de personas a nivel mundial, aun en países donde el Covid-19 no ha llegado, este virus es EL MIEDO, él temor y él pánico que está llenando él corazón de las personas en él mundo. 

 

Y no hablamos de un virus biológico, sino tomando el significado etimológico de la palabra virus, que en latín y en griego significan tóxico y veneno, es decir que es algo que tiene la capacidad de infectar, y el miedo ha infectado a millones de personas mas que el Covid-19. 

 

Pero en el texto que hemos leído para comenzar nuestro Dios nos hace un llamado a su pueblo a no caminar por el camino que todos caminan, es decir a no vivir como todos viven, y a no tener miedo de las cosas que todos temen ni dejarnos llenar de miedo en nuestro corazón. 

 

Tenemos que cuidarnos y tomar todas las precauciones necesarias para evitar que el virus Covid-19 entre a nuestro organismo, pero también los hijos de Dios tenemos que cuidarnos para que el virus del miedo no entre a nuestro corazón (Proverbios 4:23) 

 

Hoy es el momento en el cual nosotros como iglesia de Cristo, como hijos de Dios, como cristianos, tenemos que alumbrar al mundo con la esperanza, con el gozo y la paz que solamente nuestro Dios puede dar (Mateo 5:14-16) pero si nos dejamos llevar del miedo que está afectando al mundo, no podremos hacerlo. 

 

¿Cómo podemos evitar que el virus del miedo y del temor entre a nuestro corazón? Y no solamente para este tiempo que enfrentamos esta pandemia, sino para todas las situaciones de la vida, veamos lo que nos enseña la palabra de Dios:

 

I) RECORDANDO Y RECONOCIENDO QUE NO ESTAMOS ENFRENTADO SOLOS LOS PROBLEMAS, DIOS ESTÁ CON NOSOTROS (DEUTERONOMIO 31:6) 

 

El corazón de las personas se llenan de temor y de miedo cuando se hacen preguntas a las cuales no encuentran respuestas: ¿Quién nos puede ayudar? ¿Quien nos puede defender? ¿Quién podrá detener esto? 

 

En cambio para nosotros la respuesta a todas estas preguntas es la misma: NUESTRO DIOS, nosotros debemos de estar confiados que no estamos solos enfrentando esta situación, Dios está con nosotros, nuestro Dios no nos ha abandonado, él sigue teniendo el control y sigue teniendo la última palabra.

 

II) TENEMOS QUE LLENAR NUESTRA MENTE Y CORAZÓN CON LA PALABRA DE DIOS, CON SUS PROMESAS PARA SU PUEBLO (ISAÍAS 26:3

 

Al leer en las redes sociales y en los periódicos, al ver las noticias en la televisión, nuestro corazón tiene muchos motivos para llenarse de preocupación y de miedo, por todas las cosas que están pasando en el mundo a causa de este virus

 

Pero si abrimos la palabra de Dios, si leemos sus promesas para nosotros, si meditamos en ellas, nos daremos cuenta que tenemos muchos más motivos para sentirnos confiados y llenos de fe, pues sus promesas son verdaderas y con su palabra él nos llena de paz.

 

Tenemos que reconocer que los efectos y la mortalidad de este virus son reales, no podemos negar los peligros que hay, pero el poder, la misericordia, y las maravillas de Dios también son reales y están disponibles para todos aquellos que las creen. 

 

III) TENEMOS QUE ACERCARNOS A DIOS, HABITAR BAJO SU ABRIGO Y MORAR BAJO SU SOMBRA (SALMO 91:1)

 

¿Quienes  son las personas que están más llenas de temor y de miedo en él mundo? Las personas que viven sin Dios y sin esperanza en el mundo, y los cristianos que se han alejado del Señor. 

 

Hoy es tiempo de acercar nuestra vida al Señor, de volver a nuestras iglesias, de regresar a sus caminos, de dejar atrás los conflictos que pudimos haber tenido, de quitar nuestro orgullo y ser humildes para venir a habitar a la sombra del omnipotente. Ya no es tiempo de ser nada más un visitante, hay que habitar bajo su abrigo.

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