TEMA: HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE
TEXTO: ROMANOS 7:20-24
INTRODUCCION
Posiblemente al escuchar el tema de este mensaje podríamos pensar que es un tema para el matrimonio, pero no es asi, sino que reflexionaremos sobre las dos naturalezas que hay en nosotros los hijos de Dios, la naturaleza carnal y la naturaleza espiritual.
Así como en el matrimonio dos personas se unen hasta que la muerte los separe, también por medio de Cristo dos naturalezas estarán unidas en una misma persona hasta que la muerte los separe.
La respuesta a la pregunta del apóstol Pablo en el vs 24 es la muerte, solamente la muerte hará que nuestra nueva naturaleza espiritual se separe de nuestra naturaleza carnal.
- VEAMOS LO QUE LA PALABRA DE DIOS NOS DICE SOBRE LA NATURALEZA CARNAL QUE ESTA EN NOSOTROS (TITO 3:3)
- Este versículo es un espejo donde nos muestra las características de nuestra naturaleza carnal, podemos ver que espiritualmente no hay nada bueno en ella, solo pecado y maldad.
- Esa naturaleza carnal está en todos nosotros, en todos los seres humanos porque la heredamos de Adán (Romanos 5:12)
- La naturaleza carnal camina siguiendo la corriente de este mundo gobernado por el enemigo (Efesios 2:1-3)
- Esta naturaleza carnal no puede entrar en el reino de Dios (1 Corintios 6:9-10)
- PARA PODER SALVARNOS DIOS NO DIO UNA NUEVA NATURALEZA POR MEDIO DE JESUCRISTO (2 CORINTIOS 5:17)
- Lo que nuestro Dios hizo en nosotros no fue transformar nuestra naturaleza carnal en espiritual, sino que el creo en nosotros algo totalmente nuevo (Juan 3:6-7)
- El nuevo nacimiento es la introducción de algo nuevo, no la transformación de algo viejo. Mi vieja naturaleza permanece igual, la diferencia es ésta: ahora tengo una naturaleza nueva creada por Dios.
- La naturaleza carnal la recibimos de Adán, pero la nueva naturaleza espiritual es creada por nuestro Dios en nosotros desde el momento en que recibimos a Jesucristo como Señor y salvador (Efesios 4:24)
- DESDE EL MOMENTO QUE RECIBIMOS A CRISTO HAY UNA LUCHA ENTRE NUESTRAS DOS NATURALEZAS (ROMANOS 7:18-24)
- Cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón nuestra naturaleza carnal o vieja naturaleza no es quitada, ni reformada, ni transformada, sigue exactamente igual, llena de pecado y maldad, lo que hizo nuestro Señor fue poner en nosotros una nueva naturaleza espiritual, que quiere agradar a Dios y hacer su voluntad.
- Cuando no éramos salvos nuestra vieja naturaleza dominaba todo lo que hacíamos, nuestras acciones, nuestras palabras y nuestros pensamientos, nuestra vieja naturaleza nos dominaba no tenía oposición, pero cuando Cristo puso en nosotros una nueva naturaleza, hay oposición, hay lucha, dentro de nosotros.
- Nuestra vieja naturaleza estará en conflicto con nuestra nueva naturaleza hasta que la muerte nos separe, nuestra vieja naturaleza quiere agradar a la carne, pero nuestra nueva naturaleza quiere agradar a Dios, nuestra vieja naturaleza quiere deleitarse en el pecado, pero nuestra nueva naturaleza quiere deleitarse en Dios (Gálatas 5:17)
- LA PREGUNTA QUE TENEMOS QUE HACERNOS ES: ¿QUIEN ESTA GANANDO LA BATALLA POR EL CONTROL DE NUESTRA VIDA? (GALATAS 5:16)
- Hasta que la muerte nos separe de nuestra naturaleza carnal vamos a tener una lucha todos los días por el control de nuestros pensamientos y de nuestras acciones, ¿Quién ganara la batalla? Depende cual de las dos naturalezas estemos alimentando.
- La clave para que nuestra nueva naturaleza tome control de nuestros pensamientos y nuestras acciones esta dividida en dos partes:
- La primera parte de la clave es andar en el Espíritu (vs 16a) teniendo comunión con nuestro Dios por medio de la lectura Bíblica, por medio de la oración, por medio de la adoración, por medio de escuchar la palabra de Dios, es decir depende de mí relación personal con Dios.
- La segunda parte de la clave es: No satisfacer los deseos de la carne (vs 16 b) es decir los deseos de nuestra vieja naturaleza, significa reflexionar en nuestra vida a quien queremos satisfacer, a quien queremos a gradar: a nuestra carne o a nuestro Dios.
- Tenemos que saber también que andar en el espíritu produce BENDICIONES, pero satisfacer los deseos de la carne produce CONSECUENCIAS